San Martín y la independencia

En su afán de libertad, San Martín insistió tenazmente con la declaración de nuestra Independencia. “Preciso es que nos llamemos independientes para que nos conozcan y respeten”, afirmaría.

En 1816, José de San Martín, por entonces gobernador intendente de Cuyo, apoyó en forma decidida la formación del Congreso Nacional de Tucumán, en el cual la representación cuyana estaría constituída por Fray Justo Santamaría de Oro, Juan Agustín Maza, Francisco Narciso de Laprida, Juan Martín de Pueyrredón y Tomás Godoy Cruz.

Durante el transcurso del año 1816, en repetidas ocasiones San Martín se dirige a Godoy Cruz para que apremie a los congresales a fin de que declaren la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. San Martín quiere definiciones claras y concretas, y es así como, una vez declarada la independencia el 9 de julio de 1816, emplea en sus proclamas a las tropas y a los pueblos la palabra LIBERTAD como estímulo máximo de la acción y como base de sus tratativas con los realistas.

Las siguientes cartas son testimonio elocuente de la intervención de San Martín en tan glorioso hecho histórico argentino y es prueba también, más allá de sus triunfos militares, de toda su decisiva acción libertadora.

Campo de instrucción en Mendoza, 19 de enero de 1816.

Señor don Tomás Godoy.

Mi mejor amigo:

¡Qué habrá usted dicho de mi silencio a sus repetidas y amables cartas! Pero soy tan disculpable como usted verá en mi corto relato.

Un furioso ataque de sangre y en su consecuencia una extremada debilidad me han tenido diecinueve días postrado en cama; los atrasos que encontré después de ellos me hicieron contraerme más y más a su despacho; las atenciones del enemigo y apresto para recibirlo en caso de invasión me obligó a olvidar a mis amigos; todas estas circunstancias reclaman su indulgencia del modo más exigente. Cuánto celebré no haya sido exagerado el cuadro que le hice sobre el amable y virtuoso intendente de esa provincia. Amigo mío, crea usted que hay pocos americanos comparables a él. 

Nada de particular en este pueblo, la misma tranquilidad que usted dejó, la misma disposición en favor de la causa, y en fin la misma disposición en socorrerla, que nunca se ha manifestado con más entusiasmo que cuando han sabido nuestro contraste en el Perú. Diga usted al amigo Aráoz no deje de avisarme por extraordinario todas las incidencias del Perú, igualmente queda usted encargado de esta comisión. ¿Cuándo empiezan ustedes a reunirse? Por lo más sagrado le suplico hagan cuantos esfuerzos quepan en lo humano para asegurar nuestra suerte; todas las provincias están en expectación esperando las decisiones de ese congreso: él solo puede cortar las desavenencias (que según este correo) existen en las corporaciones de Buenos Aires.

No deje usted de repetirme todo aviso que crea útil a esta provincia. No hay cuidado con el enemigo de Chile; si viene espero tendremos un completo día, y ya sabe usted que no soy muy confiado. A los amigos, el padre Oro, Laprida y Maza un celemín de recuerdos, así como la firme amistad de éste su mejor amigo Q.B.S.M.

JOSÉ DE SAN MARTÍN.

Documento número 444. Conservación regular. Documentos del Archivo de San Martín, Buenos Aires, 1910, tomo V. pág. 529-530.

Tomás Godoy Cruz

Tomás Godoy Cruz
En 1815, cuando el Director Supremo Alvear, reemplazó a José de San Martín, encabeza la revuelta popular que terminó con el padre de la patria ocupando nuevamente la gobernación de Cuyo. Bajo su dirección se constituyó la filial mendocina de la Logia Lautaro, en la que desempeñó funciones de importancia.



Carta de San Martin a Godoy Cruz

Fragmento de carta del Gral San Martín a Tomás Godoy Cruz del 12 de Abril de 1816
Durante el año 1816 hubo una gran cantidad de correspondencia entre San Martín que era uno de los representantes de Mendoza en el Congreso de Tucumán. En todas sus cartas se instaba a la declaración de la independencia



Mendoza, 12 de abril de 1816.

Señor don Tomás Godoy.

Mi amigo el más apreciable:

Por la patria reclamo toda su indulgencia a mi inexactitud en contestar a sus cartas, pero crea usted que mi amistad en este punto no tiene la menor parte y sí mis ocupaciones. Usted bien sabe que sobre un asunto del mayor interés tengo que atender a la demanda de marido ... c y a la del esclavo que le pegaron un pescozón, etc., etc. 
Más que mil victorias he celebrado la mil veces feliz unión de Güemes con Rondeau. Así es que las demostraciones en ésta sobre tan feliz incidente se han celebrado con una salva de veinte cañonazos, iluminación, repiques y otras mil cosas.
¡Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia! No le parece a usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos. ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender cuando estamos a pupilo? Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos. Esté usted seguro que nadie nos auxiliará en tal situación, y por otra parte el sistema ganaría un 50 por ciento con tal paso. Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas. Veamos claro, mi amigo; si no se hace, el congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo éste la soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadero, es decir, a Fernandito.
Por lo que veo, Chile no se toma el año entrante, pues para ello se necesita trabajar en los aprestos todo el invierno y no noto se dé principio.

Nada por ésta de particular.

Su viejo muy guapo y cada día más amable, no es por ser su padre y sí porque reúne virtudes muy marcadas es acreedor a la estimación de sus conciudadanos.

Adiós, mi buen amigo, sea usted tan feliz como lo desea su

JOSÉ DE SAN MARTÍN.

Autógrafo. MM. Documento número 514. Conservación buena. Documentos del Archivo de San Martín, Buenos Aires, 1910, tomo V, pág. 534-535

Fragmento de carta del general San Martín a Tomás Godoy Cruz

Mendoza, 24 de mayo de 1816.

Señor don Tomás Godoy y Cruz.

Mi amigo y paisano:

Tengo a la vista la de usted del 12 y en su consecuencia he prevenido a Bargas el desarreglo en que se hallan los correos a ésa; éste ha quedado en remediarlo, pero para esto es necesario que se establezca posta de la Rioja a Catamarca y de ésta a Tucumán que no la hay. Veo lo que usted me dice sobre el punto de la independencia no es soplar y hacer botellas; yo respondo a usted que mil veces me parece más fácil hacerla que el que haya un solo americano que haga una sola.

Ya sabe usted que de muy poco entiendo, pero de política menos que de nada, pero como escribo a un amigo de toda mi confianza me aventuraré a esparcir un poco de erudición gabinetina; cuidado, que yo no escribo nada más que para mi amigo. Si yo fuese diputado me aventuraría a hacer al congreso las siguientes observaciones, para el efecto haría mi introducción de este modo, propio de mis verdaderos sentimientos:

Soberano señor: Un americano republicano por principios e inclinación, pero que sacrifica estas mismas por el bien de su suelo hace al congreso presente:

1º Los americanos de las Provincias Unidas no han tenido otro objeto en su revolución que la emancipación del mando del fierro español, y pertenecer a una nación.
2º ¿Podremos constituirnos República sin una oposición formal del Brasil (pues a la verdad no es muy buena vecina para un país monárquico) sin artes, ciencias, agricultura, población, y con una extensión de tierra que con más propiedad puede llamarse desierto?
3º ¿Si por la maldita educación recibida no repugna a mucha parte de los patriotas un sistema de gobierno puramente popular, persuadiéndose tiene éste una tendencia a destruir nuestra religión?
4º ¿Si en el fermento horrendo de pasiones existentes, choque de partidos indestructibles, y mezquinas rivalidades no solamente provinciales sino de pueblo a pueblo, podemos constituirnos nación?
5º ¿Si los medios violentos a que es preciso recurrir para salvarnos tendrán o no los resultados que se proponen los buenos americanos, y si se podrán o no realizar, contrastando el egoísmo de los pudientes?

Seis años contamos de revolución y los enemigos victoriosos por todos lados nos oprimen: falta de jefes militares, y nuestra desunión son las causales. ¡Y se podrán remediar!
Puede demostrarse que no podemos hacer una guerra de orden, por más tiempo que el de dos años, por falta de numerario: y si sigue la contienda, no nos resta otro arbitrio que recurrir a la guerra de montonera y en este caso sería hacérnosla a nosotros mismos.
Ya está decidido el problema de la Inglaterra, nada hay que esperar de ella.

Ahora bien, ¿cuál es el medio de salvarnos? Yo lo sé, pero el Congreso lo aplicará como tan interesado en el bien de estos pueblos; resta saber, que si los tales medios no se toman en todo este año no encuentro (según mi tosca política) remedio alguno. Se acabó.
Mucho me ha tranquilizado lo que usted me dice acerca de la probabilidad de la unión del Paraguay y de la Banda Oriental.

Dios lo haga, pero yo apostaría un brazo que no se verifica y aseguro a usted por mi honor, que me alegraría perderlo; el tiempo por testigo. Ya no creo necesaria mi ida a ésa en razón de que Pueyrredón me escribe me entienda con el director interino en un todo, en el entretanto él regresa. Yo lo celebro mucho pues mi mala salud habría padecido mucho con tal viaje.
He vuelto a emprender la construcción del campo de instrucción y voy a extenderlo para tres tantos más que el ya construido: sin este arbitrio no habrá soldados.

Sigue la intranquilidad por ésta, pero el numerario me apura mucho.
Su señor padre está completamente sano y más robusto que nunca, lo mismo le sucede a Molina.

Muchas cosas a los compañeros, quedando como siempre su amigo Q. B. S. M.

JOSÉ DE SAN MARTÍN.

Autógrafo. MM. Documento número 562. Conservación buena. Documentos del Archivo de San Martín, Buenos Aires, 1910, tomo V, pág. 542-544.


Córdoba, 16 de julio de 1816.

Señor don Tomás Godoy.

Mi amigo apreciable:

El 9 llegamos a ésta, es decir, en compañía de Cruz Vargas y Vera; nuestro viaje bien penoso por los fríos excesivos.Es increíble lo mortificado que estoy con la demora del director: la primavera se aproxima y no alcanza el tiempo para lo que hay que hacer. Ha dado el congreso el golpe magistral con la declaración de la independencia; sólo hubiera deseado que al mismo tiempo hubiera hecho una pequeña exposición de los justos motivos que tenemos los americanos para tal proceder; esto nos conciliaría y ganaría muchos afectos en Europa.

En el momento que el Director me despache, volveré a mi ínsula cuyana: la maldita suerte no ha querido el que yo me hallase en mi pueblo para el día de la celebración de la Independencia. Crea usted que hubiera echado la casa por la ventana.Muchas cosas a los compañeros y el afecto y amistad de éste su mejor amigo

JOSÉ DE SAN MARTÍN.

Autógrafo. MM. Documento número 595. Conservación buena. Documentos del Archivo de San Martín, Buenos Aires, 1910, tomo V, pág. 545.