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Fernado De La Rua

Nació en Córdoba politico de la union civica radical fue diputado nacional , senador nacional , el primer jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, y presidente entre 1999 y 2001 siendo derrocado por un estallido social
Fernado De la Rua
Fernado De La Rua

Primeros años

Hijo del abogado Antonio De la Rúa Catani (1905-1979), de ascendencia gallega y de Eleonora Felisa Bruno Boeri (1908-1999), de ascendencia italiana, perteneció a una familia de clase media. Fue estudiante en el Liceo Militar General Paz de la ciudad de Córdoba y se recibió de abogado en la Universidad Nacional de Córdoba a los 21 años.  En su graduación se lo condecoró con una medalla de oro.

Comienzo carrera política

Comenzó su carrera política en la Unión Cívica Radical siendo bastante joven. Aunque había sido miembro del equipo de asesores del ministro del Interior Juan Palmero durante el gobierno radical de Arturo Illia, su primera aparición política ocurrió en marzo de 1973 cuando se presentó por su partido como candidato a senador por la Capital Federal, siendo el único radical que pudo vencer al justicialismo en ese año al imponerse en segunda vuelta al Dr Marcelo Sánchez Sorondo. 

Esta situación llevó a que Ricardo Balbín, tras la renuncia del presidente Cámpora y la convocatoria a nuevos comicios, lo eligiese como candidato a vicepresidente en las elecciones presidenciales de septiembre de 1973. 

En dichos comicios, el binomio radical Balbín-De la Rúa logró el 24,3% de la adhesión popular.

Dicho porcentaje quedó muy por debajo del 61,9% que logró la fórmula del FREJULI Juan Domingo Perón-María Estela Martínez de Perón.  De la Rúa fue senador hasta marzo de 1976, cuando el Proceso de Reorganización Nacional tomó el poder. En aquel momento abandonó la actividad política, y trabajó como abogado de la empresa Bunge & Born. 

En 1983, al retornar la democracia, compitió por la candidatura presidencial de la Unión Cívica Radical con Raúl Alfonsín. De la Rúa, heredero del balbinismo centrista, fue derrotado por quien luego sería electo presidente de la Nación. En las elecciones de 1983 que determinaron el acceso del radicalismo al Gobierno, De la Rúa fue candidato a senador nacional por la Capital Federal, venciendo al postulante del justicialismo, Carlos Ruckauf. De la Rúa fue presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, votó en contra de la ley de divorcio y algunos radicales creen que fue quien redactó la ley de Punto Final y la de obediencia debida. 

En 1989 se presentó como candidato para revalidar su banca y triunfó en las urnas con el 33,11%. Sin embargo, el cargo le correspondió al justicialista Eduardo Vaca. Esto se debió a que a pesar de haber tenido muchos menos votos, Vaca fue electo en el colegio electoral gracias a la alianza entre el Partido Justicialista y la Ucedé, triunfando con el voto clave de María Julia Alsogaray.

Diputado por Capital Federal

Pese a ello, en 1991 fue candidato a Diputado y el triunfo logrado en el bastión capitalino —donde además De la Rúa presidía el Comité Capital Radical— lo llevó a la presidencia del bloque de diputados de la UCR. En 1993 De la Rúa volvió al Senado ganando nuevamente en la Capital Federal con más del 50 por ciento de los votos contra Avelino Porto.

El presidente Carlos Menem impulsó una reforma constitucional, a la cual el radicalismo se opuso en el Congreso. Luego de la victoria justicialista en las elecciones legislativas de 1993 el gobierno menemista propuso realizar un plebiscito sobre el tema, aunque el mismo no podía ser vinculante. Antes de su concreción el expresidente Raúl Alfonsín se reunió en secreto con Menem y accedió a apoyar la reforma si la misma se realizaba bajo condiciones negociadas. Dicho acuerdo se conoció con el nombre de Pacto de Olivos y permitió la reforma de la Constitución Argentina de 1994. El radicalismo se dividió internamente entonces entre los que apoyaban la acción de Alfonsín y los que se oponían al pacto y a la reforma. Fernando de la Rúa fue el principal dirigente de esta última corriente partidaria.


Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

Mediante la reforma de la Constitución Argentina de 1994 la ciudad de Buenos Aires dejó de ser un municipio y consiguió autonomía. Esto modificó la naturaleza del poder ejecutivo de la ciudad, que hasta entonces era ejercido por un intendente elegido por el Presidente (dado que se trataba de un distrito federal), y que a partir de 1996 es ejercido por un Jefe de Gobierno elegido en comicios. De la Rúa se presentó a las elecciones para dicho cargo en junio de 1996. En esos comicios, De la Rúa como candidato de la UCR alcanzó el cargo con el 40 por ciento de los votos, contra el 26% del frepasista Norberto Luis La Porta y el 17% del peronista Jorge Domínguez, hasta entonces intendente de la Capital.

Durante la gestión municipal se crearon órganos como la sindicatura del gobierno de la ciudad, la defensora del consumidor, dirección general de higiene y seguridad alimentaria y el ente regulador de servicios. También la descentralización administrativa a través de los CGP (Centro de Gestión y Participación) para que los vecinos tuvieran un más ágil acceso con los trámites. Dichos organismos ocuparon la función de las comunas contempladas en la constitución porteña. La mayor parte de los cambios efectuados en la ciudad durante el mandato delarruista se relacionan con la mencionada autonomía otorgada por la Constitución Nacional, así como también por la consecuente sanción de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.

A principios de 1998 la Legislatura porteña aprobó el Código de Convivencia Urbana que, entre otras medidas, eliminaba los edictos policiales e imponía el concepto de "tolerancia" hacia manifestaciones de diversa índole como el travestismo y la oferta de sexo en la vía pública, lo que desató muchas protestas de los vecinos y de la oposición.


Camino a la presidencia

Al año siguiente de su asunción como Jefe de Gobierno, en agosto de 1997, se formó la Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación, con varios partidos políticos de centro e izquierda moderada, siendo los principales la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario (Frepaso). El principal objetivo de la Alianza era conformar listas comunes en la mayor cantidad posible de distritos de cara a las legislativas de ese mismo año, y además, disputarle el poder al Justicialismo en las presidenciales de 1999. Buena parte de esas aspiraciones se cumplieron cuando, con listas conjuntas en 14 distritos (incluyendo la Capital y la Provincia de Buenos Aires) en octubre de 1997 la UCR y el Frepaso triunfaron con el 45 por ciento de los votos en todo el país, causando la primera derrota electoral nacional del Partido Justicialista desde 1985.

Como resultado de los acuerdos entre los dos partidos mayoritarios de la coalición hasta entonces opositora, la candidatura presidencial para las elecciones de 1999 se definiría en internas abiertas entre un candidato de la UCR y un postulante del Frepaso. Tras lograr el respaldo de la mayoría del Partido Radical —en especial el aval clave del expresidente Raúl Alfonsín— De la Rúa se convirtió en 1997 en presidente del Comité Nacional de la UCR y luego, meses después, en precandidato presidencial por su partido. El Frepaso le opuso a Graciela Fernández Meijide, que contaba con el antecedente de la elección anterior de haber derrotado al justicialismo en la provincia de Buenos Aires (hasta entonces un distrito fuertemente duhaldista).

Fernando de la Rúa logró la victoria en la interna abierta en noviembre de 1998, alcanzando el 62 por ciento de los votos contra el 38% del Frepaso en todo el país. Consagrado Fernando de la Rúa como candidato presidencial, el líder del Frepaso, Carlos Álvarez, decidió acompañarlo como candidato a vicepresidente para reforzar la unidad de la coalición.

Fernando de la Rúa, candidato de la Alianza, fue electo presidente en las elecciones del 24 de octubre de 1999, y el justicialismo perdió la mayoría en la Cámara de Diputados. La Alianza y su fórmula De la Rúa-Álvarez obtuvo el 48,5% de los sufragios, contra el 38,09% del binomio peronista Eduardo Duhalde-Ramón Ortega. En tercer lugar, con el 10,09% de los votos, aparecía el ex ministro de Economía Domingo Cavallo.

Uno de los éxitos de la campaña electoral fue la campaña publicitaria televisiva de De la Rúa, en el cual pronunciaría la frase "Dicen que soy aburrido..." con la cual se lo relacionaría más adelante. Dicha publicidad buscaba contrastar al candidato presidencial con la frivolidad que el público percibía en el gobierno menemista. La campaña electoral estuvo a cargo de Ramiro Agulla, David Ratto (publicista de Raúl Alfonsín en las elecciones de 1983) y Antonio de la Rúa, este último hijo del propio Fernando de la Rúa. El hijo del presidente lideraría al "Grupo Sushi", un entorno con influencia en las decisiones de Fernando de la Rúa.

La Presidencia

La victoria de De la Rúa se debió al fuerte rechazo público hacia la figura de Carlos Menem, así como también al deterioro de la situación económica del país, que en 1999 terminaba con una caída del PBI de alrededor de 3,4 puntos porcentuales respecto al año anterior. El desempleo se acercaba al 14 por ciento, luego de haber alcanzado la cifra récord de 18,6% algunos años antes, y la pobreza era del 30% aunque seguía siendo menor a la que había antes que el asuma. ​ El país tenía serios problemas en materia educativa y sanitaria, y la dirigencia política tenía una mala imagen pública. Además, el gobierno peronista dejaba un elevado déficit fiscal, con un rojo de más de mil millones de pesos, una deuda externa del orden de los 150 mil millones anuales con vencimientos de casi 25 mil millones en el año próximo. Debido a esto, De la Rúa tomó severas medidas de ajuste con el propósito de sanear las finanzas. El aumento impositivo decretado sobre las clases medias y altas hacia enero de 2000, fue parte de un paquete que procuró en general mejorar la economía, así como atender deudas pendientes como el Fondo para el Incentivo Docente, pero esto resultó sin embargo insuficiente para resolver el deterioro de las finanzas públicas.

Al asumir también se debió intervenir la Provincia de Corrientes que desde hacía meses estaba en un grave conflicto político y financiero, con paros ininterrumpidos y la destitución del gobernador Hugo Rubén Perie. La tarea le fue encomendada a Ramón Mestre que debió normalizar la situación provincial.

A lo largo del año 2000 el gobierno buscó controlar el gasto público, bajar las tasas internas de interés y mantener la estabilidad monetaria y financiera. El año finalizó con una leve baja del 0,5% del PBI y con una desocupación del 14,7% (datos del INDEC de octubre del 2000).21​ También se mantuvieron las reservas internacionales en el orden de los 33 mil millones de dólares, mientras redujo el déficit fiscal en unos 5 mil millones de pesos.

Lanzó iniciativas como el Plan de Infraestructura que mediante acuerdos con los gobiernos provinciales y financiamiento privado buscaba realizar obras de caminos, agua y vivienda en todo el país por 20 mil millones de dólares. La medida fue tomada por decreto ya que, según el ministro del interior Federico Storani, no había seguridad de que el Congreso sancionara la ley con la rapidez necesaria.

El gobierno de De la Rúa pidió ayuda complementaria al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a los bancos privados para reducir la presión de la deuda externa. En diciembre de 2000, el ministro de Economía José Luis Machinea negoció un paquete de salvataje de cerca de 40.000 millones de dólares, conocido como Blindaje financiero. La apuesta era ganar confianza y credibilidad en el exterior para así bajar los pagos de intereses y renovar más fácilmente los vencimientos.

Año 2001

En enero de 2001 las reservas internacionales del BCRA habían alcanzado el récord histórico de 37.380 millones de dólares, el cual sería superado en el año 2007durante el gobierno de Néstor Kirchner. 

En marzo de 2001, ya con desvíos en las metas presupuestarias del primer trimestre del año se produjo el alejamiento de José Luis Machinea del Ministerio de Economía y se nombró para el mismo al hasta entonces ministro de defensa Ricardo López Murphy, un economista respetado pero del ala más liberal del radicalismo que asumió con los objetivos de achicar el gasto del estado y aumentar la recaudación fiscal.

Sus proyectos para sanear la economía realizando un enorme ajuste del gasto público, retirando fondos de áreas como salud o educación, chocó con una muy fuerte oposición popular, particularmente dentro del mismo Partido Radical y en sus brazos juveniles y universitarios. También puso en situación de ruptura a la coalición gobernante ya que los miembros del Frepaso dentro del Gabinete anunciaron su renuncia luego de que fue presentado el programa económico. Debido a esto, López Murphy se vio obligado a retirarse luego de apenas 16 días en el ministerio de Economía.

El gobierno de la Alianza recurrió a nombrar como ministro de economía a Domingo Cavallo, que ya había ocupado el cargo durante varios años del gobierno de Carlos Menem. Cavallo llegó al cargo con el respaldo de la gran mayoría de la oposición del PJ, con un fuerte impulso de parte del líder del Frepaso, Carlos "Chacho" Álvarez y también desde los medios financieros

Sin embargo, generó muchos recelos dentro del radicalismo, partido que aún cuestionaba al economista su actitud hacia el gobierno de Alfonsín en los momentos más problemáticos de la etapa hiperinflacionaria en 1989.

 Cavallo inició su gestión prometiendo un crecimiento anual del 5% e intentando rebajar impuestos distorsivos y reanimar la industria, en lo que se presentó como "Planes de Competitividad". Se aprobó el impuesto a las operaciones bancarias y se efectuaron delegaciones de algunas de las atribuciones del poder legislativo en el poder ejecutivo.

 Sin embargo, los mercados reaccionaron tan mal como los organismos internacionales de crédito. En julio de ese año, debido a la presión fiscal y la imposibilidad de normalizar la economía, Cavallo viró hacia una fuerte ortodoxia económica. Para ello presentó un plan de "Déficit cero", con un nuevo recorte general de gastos en la administración pública para evitar gastar más de lo que ingresaba en el Estado.

 La resistencia para obtener del Congreso la ley en cuestión fue muy grande, incluso dentro del radicalismo en los sectores adherentes al alfonsinismo, pero De la Rúa la obtuvo pidiendo un esfuerzo tanto a los legisladores opositores como a los propios y a la población en general. Se argumentaba que "si no hay arreglo, llega el caos".

Esto tampoco ayudó, y el continuo ajuste contraía aún más la economía en el marco de un contexto internacional de recesión regional y global, que tampoco ayudaba a la Argentina a crecer.

En noviembre, el gobierno de De la Rúa inició una reestructuración de los compromisos de la deuda externa, denominada "Megacanje".

Hacia fines de ese mes, el agravamiento inusitado de la situación económica, con inversiones que se alejaban debido a la complicada situación política, provocó desconfianza pública en el sistema financiero, por lo que se produjeron fuertes retiros de depósitos bancarios. Para frenarlos, el ministro de Economía impuso restricciones que implicaban el congelamiento de los fondos depositados en los bancos, medida conocida como el "corralito".46 La medida fue promulgada el 1 de diciembre y originalmente permitía sólo un retiro de 250 pesos en efectivo semanales, la prohibición de enviar dinero al exterior del país y la obligación de realizar la mayor parte de las operaciones comerciales mediante cheques, tarjetas de crédito o de débito, y tenía prevista una duración por 90 días. 

El corralito fue altamente impopular y perjudicó todavía más a numerosos sectores de la economía argentina. 

El FMI, en tanto, endureció su posición y se negó a enviar 1.260 millones con los que se había comprometido a colaborar en el marco del préstamo conocido como "Blindaje", argumentando que la Argentina no habría cumplido sus compromisos de mantener el "déficit cero".



Estallido social

Hacia el 19 de diciembre, la situación social se volvió incontrolable, con saqueos y desmanes en los puntos más importantes del país. El Presidente llamó a la población a la calma. De la Rúa respondió decretando el Estado de Sitio en todo el país. 

Sin embargo el vandalismo no disminuyó, e incluso aumentó a pesar del estado de sitio.51 Finalmente se produjeron 27 muertos y más de dos mil heridos.

La rebelión popular, en lugar de terminar, sumó el apoyo de la clase media, histórico bastión electoral del radicalismo. La misma se implicó por el congelamiento de los depósitos bancarios. A la medianoche renunció el ministro de economía Domingo Cavallo y el resto del gabinete puso sus renuncias a disposición del Presidente. 

El 20 de diciembre la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires estaban desbordadas por una ola de saqueos a supermercados y establecimientos comerciales de diversos tipos.54 A esto se le sumó un cacerolazo generalizado y marchas de miles de personas autoconvocadas que reclamaban la renuncia del gobierno.55 En el centro porteño la policía federal era desbordada, aunque lograba mantener la violencia fuera de la Plaza de Mayo.

Los gremios convocaron a huelgas como protesta por el estado de sitio. Inicialmente la CTA inició una huelga de 24 horas el 20 de diciembre.

Al día siguiente (a pesar de haber tenido lugar la renuncia de De la Rúa) se sumarían la CGT de Rodolfo Daer en una huelga de 36 horas y la de Hugo Moyano por tiempo indeterminado. 

El Presidente perdió definitivamente el respaldo de la mayoría de su propio partido, la Unión Cívica Radical, y aferrado al escaso sector radical que aún le respondía intentó convocar al justicialismo a un acuerdo de gobernabilidad, sumándose al gobierno. El rechazo del PJ decidió a De la Rúa a presentar su renuncia al Parlamento a las 19.45 horas del 20 de diciembre de 2001, cuando no había completado sino apenas la mitad de su mandato constitucional. La imagen del renunciante Presidente saliendo en helicóptero de la Casa Rosada, quedó grabada para siempre en el recuerdo de los argentinos. Este hecho tuvo además como afectado al partido político del expresidente, perdiendo la mayoría de las elecciones que se realizaron hasta la actualidad, debilitando a la Unión Cívica Radical frente a un peronismo en alza, que ante la ausencia de su rival clásico llegó a dividirse en dos frentes


Actividad posterior a la presidencia

De la Rúa se retiró totalmente de la vida política y evitó apariciones públicas o formular declaraciones, incluso respecto de las causas judiciales llevadas adelante en su contra. Una de dichas causas se refiere a los eventos que tuvieron lugar al final de su mandato, durante los cuales murieron alrededor de 30 personas en distintos lugares del país. Enrique Mathov, el ex secretario de seguridad, acusó a De la Rúa de haber ordenado la represión.60 La causa fue llevada adelante por el juez Claudio Bonadío, y en la misma también estuvieron procesados el entonces subjefe de la Policía Federal, Osvaldo Cannizzaro, y otros comisarios que actuaron durante aquella tarde: Daniel Manzini, Próspero Treseguet, René Derecho y Alfredo Salomón. De la Rúa asegura que el 20 de diciembre ignoraba la gravedad de la situación:

Recién tuve la información sobre la última hora de la tarde, cuando ya estaba en Olivos sobre que había fallecidos. Yo renuncié antes de saberlo.

El juez, en cambio, desestimó la defensa de De la Rúa, y declaró lo siguiente:

Es imposible creer que ninguno de los funcionarios, asesores, correligionarios, amigos o familiares accediera a su presencia de manera personal o por cualquier otro medio

Podría haber encendido un televisor o una radio o más no sea asomarse a una ventana y ver el panorama que acontecía en el jardín de su propia casa.

Dicho procesamiento fue revocado el 29 de abril de 2008, cuando la Cámara Federal dictó la falta de mérito.

De la Rúa también fue procesado en una causa en que se lo acusa de sobornar legisladores para conseguir la aprobación de la Reforma Laboral del año 2000. La causa es de "cohecho activo agravado", y es llevada adelante por el juez federal Daniel Rafecas. La causa fue promovida por el ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto, quien confesó en los medios su intervención en dicha operación. El propio Pontaquarto está también procesado, al igual que Fernando de Santibañes, que era jefe de la SIDE; José Genoud, entonces presidente provisional del Senado, y Alberto Flamarique, ministro de Trabajo. Los ex senadores acusados de recibir las "coimas" (sobornos) son Alberto Tell, Remo Costanzo, Emilio Cantarero, Ricardo Branda y Augusto Alasino.

Durante el año 2006 el juez Jorge Ballestero procesó a Fernando de la Rúa, Domingo Cavallo y varios miembros de su equipo por el megacanje.64 Fundamentó su decisión en que éstos habrían cometido un crimen, excediendo el margen de discrecionalidad propio de las medidas políticas.

El día 7 de abril de 2009 Fernando de la Rúa fue sobreseído por el Tribunal Oral Criminal 16 en la causa que investigaba la presunta contratación de un jardinero privado con sueldo del ex Concejo Deliberante. Se trataba de un desprendimiento de la megacausa por los denominados "ñoquis" del ex legislativo comunal.

En el mismo día el juez Bonadío sobreseyó al expresidente en la causa en la que se lo investigaba por su presunta responsabilidad en las cinco muertes que hubo como consecuencia de la represión policial a las protestas que antecedieron su salida del Gobierno en diciembre de 2001.

Con respecto a su salud personal, mientras fue presidente fue operado mediante una angioplastia en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires en junio del 2001, y luego recibió una segunda angioplastia coronaria con stent en el Instituto del Diagnóstico en el 2010 a manos del jefe de cardiología intervencionista de esa institución, doctor Luis de la Fuente, el médico pionero en Argentina de la medicina cardiovascular mínimamente invasiva quien en agosto del 2014 volvió a colocarle dos stents coronarios con medicamento.