Política Exterior

En política exterior, desde el inicio mismo de su mandato se promovió un alineamiento automático con los Estados Unidos, de modo tal que Argentina abandonó el Movimiento de Países No Alineados. El Ministro de Relaciones Exteriores, Guido Di Tella, se refirió a dicho alineamiento en forma humorística como las «relaciones carnales», pero más adelante el término sería tomado por los críticos de esta política internacional para referirse a la misma en forma denigratoria.

Política Exterior

Menem promovió la formación del Mercosur y restableció relaciones diplomáticas con el Reino Unido, interrumpidas desde la Guerra de Malvinas.

Creación del Mercosur

El 6 de julio de 1990 se firmó el Acta de Buenos Aires, acelerando el cronograma de integración y fijando la fecha de 31 de diciembre de 1994 para conformar el mercado común. El 26 de marzo de 1991, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firmaron el Tratado de Asunción, que adoptó el nombre Mercosur, le dio una estructura institucional básica y estableció un área de libre comercio.  En junio de 1992, en Las Leñas, se estableció el cronograma definitivo hacia la constitución del mercado común. El 17 de diciembre de 1994 se firmó el Protocolo de Ouro Preto, que puso en marcha el Mercosur.

Cuestión Malvinas

Desde ese punto de vista, reorganizó las relaciones con Gran Bretaña, que nunca se habían recuperado desde la Guerra de las Malvinas, poniendo "bajo un paraguas" la disputa por la soberanía de las islas Malvinas que seguía – y sigue – pendiente con ese país. Paralelamente, intentó una política de "seducción" de los habitantes de las islas – los kelpers – por medio de obsequios enviados por correo en Navidad; especialmente ositos de felpa y tarjetas de Navidad. Su logro principal fue hacer que los isleños tuvieran permanentemente presente la presencia y el interés de los argentinos en las islas, pero no logró mejorar la imagen del país entre ellos. Cuando el gobierno de Menem llegaba a su fin, Di Tella organizó una reunión con el canciller británico Robin Cook y con representantes de los kelpers; de las negociaciones se logró el reinicio de vuelos comerciales entre la Argentina y las Malvinas.

Relaciones con Estados Unidos

A partir de la asunción de Carlos Menem a la presidencia en julio de 1989 y muy especialmente tras la decisión presidencial de participar en la Guerra del Golfo, adoptada en agosto de 1990, los vínculos entre Argentina y Estados Unidos ingresaron al paradigma de "relaciones especiales".

Encuentros Menem - Bush

El primero de dichos encuentros se realizó entre el 25 y el 29 de septiembre de 1989 en Washington. De esta manera Menem se constituyó en el primer presidente peronista que visitó Estados Unidos.  El miércoles 27 de septiembre, Menem acompañado por Domingo Cavallo, Alberto Kohan, Guido Di Tella, Néstor Rapanelli y el vocero Humberto Toledo entraron a la Casa Blanca para mantener un encuentro formal y privado con Bush y sus funcionarios. 
La agenda fue muy compleja e incluyó temas como: búsqueda de apoyo norteamericano en las negociaciones de la Argentina con el Club de París, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional; el aprovisionamiento de equipos militares argentinos a terceros países; la venta del avión IA 63 Pampa; la cuestión de la energía nuclear; la ratificación de TLATELOLCO, la desactivación del Cóndor II; la situación política en Panamá y Centroamérica; Colombia y el narcotráfico; la normalización de relaciones con Gran Bretaña; la crisis de Oriente Medio y el terrorismo. La resolución de varios de estos temas se alcanzó a lo largo de la primera mitad del gobierno menemista. Tras esta visita, Menem recibiría un préstamo puente de 1.500 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI). 

Meses después el 13 de marzo de 1990 visitó nuestro país el Vicepresidente norteamericano Dan Quayle en visita no oficial. Fue él quien confirmaría la futura gira de Bush por América Latina. Por otra parte declaró que su país estaba dispuesto a ser un "socio pleno" de Argentina, una vez que se concretara el plan de reformas económicas. El 6 de diciembre de 1990 Bush llegó a Buenos Aires. Era la primera vez que un primer mandatario norteamericano visitaba Argentina desde 1960 cuando lo había hecho Dwight Eisenhower. Esta visita realizada dos días después del motín "carapintada", aunque estaba inserta en el marco de una gira latinoamericana, apareció como un gesto de apoyo a la democracia argentina. La presencia del Presidente norteamericano brindó una ocasión para que éste afirmara su respaldo al gobierno de Menem y, muy especialmente, a su política económica.
En agosto de 1991 arribó al país, pero esta vez en visita oficial, Dan Quayle acompañado por una comitiva de empresarios presidida por David Rockefeller. El motivo principal de esta visita era promocionar la Iniciativa para las Américas y firmar convenios de cooperación con el gobierno argentino sobre uso del espacio con fines pacíficos, financiamiento para un estudio de factibilidad para inversiones mineras en el país y desarrollo del turismo. Paralelamente a la visita se produjo un hecho significativo, el gobierno de Estados Unidos anunció que el Eximbank estaba dispuesto a financiar las operaciones comerciales argentinas en el mediano plazo4. Se comenzaba así a vislumbrar una mayor credibilidad internacional en el país

La Argentina se plegó a toda la política exterior de los Estados Unidos; votó sistemáticamente a favor de las iniciativas de este país en las Naciones Unidas. La política para con los Estados Unidos llegó a ser considerada demasiado obsecuente por la oposición, a lo que Di Tella contestó con su conocida frase, en que calificaba las relaciones con ese país como "relaciones carnales". Los beneficios políticos y económicos de esa política fueron descriptos por el propio Di Tella:

"Argentina se ha vuelto hoy un país claramente confiable en el Mundo, bajo estándares de confiabilidad que existen en el mundo, es decir, no inventamos un estándar de confiabilidad especial para nosotros".

Participación argentina en la Guerra del Golfo

Así como las medidas de apertura económica y reforma del Estado adoptadas desde julio de 1989 fueron la manifestación interna del ingreso al patrón de "relaciones especiales" con Estados Unidos, la participación argentina en la Guerra del Golfo a partir de septiembre de 1990 constituyó la primera medida trascendente que demostró la adopción de dicho patrón en el ámbito de la política exterior. Fiel a su perfil occidentalista pero no automático, el gobierno argentino se mostró inicialmente renuente a la alternativa de un envío inmediato de tropas a la zona en conflicto hasta que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas así lo requiriese. Esta posición de bajo perfil, más humanitaria que política, respecto del conflicto en su primera etapa puede rastrearse, con diversos matices, en las declaraciones que durante agosto de 1990 efectuaron al respecto el presidente Carlos Menem ; su hermano, el senador Eduardo Menem ; y el entonces canciller Domingo Cavallo.

Tras el envío de dos cartas al presidente Menem (la de su par norteamericano, George Bush, del 20 de agosto, agradeciéndole su preocupación por la situación en el Golfo Pérsico; y la del jefe de Estado de Egipto, Hosni Mubarak, del 13 de septiembre, en la que éste explicaba al mandatario justicialista las razones por las cuales el mundo debía reaccionar en bloque ante la agresión de Irak a Kuwait), el presidente argentino abandonó su bajo perfil inicial y adhirió a la posición norteamericana, partidaria del envío de tropas aún sin la aprobación de la ONU. Así, el 16 de septiembre, Menem señaló que su gobierno "enviará tropas al Golfo Pérsico sin ningún tipo de consulta "si el objetivo perseguido es consolidar la paz". En ese caso, anunció el primer mandatario, "sólo consultaré a sectores de la comunidad. Pero si se tratara de tropas de intervención (...) tendría que resolver el Congreso". Hasta ese momento, el discurso del Gobierno había consistido en afirmar que no se enviarían fuerzas militares si no lo pedían las Naciones Unidas, pero el presidente no aludió en sus declaraciones del 16 de septiembre a la ONU cuando admitió la posibilidad de que "tropas para consolidar la paz" -integradas sólo por oficiales y suboficiales- sean despachadas sin consulta legislativa. 

Reuniones Menem Clinton

Luego de haber generado una fluida y personalizada relación política con la administración Bush, el gobierno de Carlos Menem debió realizar a fines de 1992 y principios de 1993 una nutrida acción diplomática destinada a generar lazos con Bill Clinton. El tipo de relación que se había utilizado hasta el momento, basada en el privilegio de los vínculos Jefe de Estado a Jefe de Estado, generó una dinámica que la administración Menem no logró desactivar en el marco de un año eleccionario en los Estados Unidos, donde el triunfo del candidato demócrata aparecía prácticamente como un dato dado. El contacto con la nueva administración norteamericana, concretado entre los días 28 y 30 de junio de 1993 y Menem se convirtió de esta forma en el primer mandatario latinoamericano recibido en reunión privada por Clinton desde su asunción.

El miércoles 28 de junio de 1993 desde Washington y 24 horas antes de reunirse con el presidente Bill Clinton, el presidente Carlos Menem anunciaba el comienzo del proceso de privatización de YPF, explicaba que con lo recaudado pretendían comenzar a pagar a 140 mil jubilados “mayores de 85 años el total de la deuda que el Estado tiene con ellos”. El sesgo económico perfiló las horas iniciales de Menem en Washington pero esencialmente fue apoyo político lo que el gobierno argentino recogió en este viaje. En este marco, el Presidente Menem manifestó nuevamente su posición ante la situación en Haití y su rechazo al régimen de gobierno cubano, mientras que Clinton, por su parte, aprovechó la oportunidad para plantear un tema que sería caballito de batalla del Embajador James Cheek que era el aumento de las frecuencias de vuelos entre Argentina y Estados Unidos para las aerolíneas estadounidenses . En cuanto a las cuestiones centrales de la agenda bilateral se destacan, por un lado, el interés norteamericano para una pronta aprobación de la Ley de Patentes y, por el otro, un tradicional interés argentino, la desaparición de los subsidios agrícolas.

En el área de defensa Camilión insistió con las virtudes del Pampa 2000, tratando de incentivar la compra de dicho avión por parte del gobierno norteamericano, finalmente, el presidente argentino también aprovechó la oportunidad para reclamar por el retraso en la venta de los aviones Skyhawk y se quejó de la injustificada oposición de Inglaterra a esta operación. Desde una perspectiva política el viaje tuvo como rédito que el nuevo presidente demócrata ungiera a Menem, tal como lo había hecho George Bush, como "un líder en la región". En cierta forma, los norteamericanos especulan con que el actual gobierno argentino puede convertirse en un ejemplo a exhibir, una especie de "efecto modelo", ante otros países latinoamericanos. El ajuste económico, la adhesión al libre mercado, las políticas de no proliferación, implementadas en un marco de considerable consenso social, constituyen uno de los logros más valorados por Washington.Era la cuarta vez que Menem se reunía con un mandatario norteamericano, traductores de por medio, después de otros tres encuentros con George Bush. 

Tratados con Chile

Por último, dirigió la política de cesación de las disputas limítrofes con Chile: se firmó un acuerdo el 2 de agosto de 1991, que definía la resolución del Litigio del Campo de Hielo Patagónico Sur por medio de una línea poligonal, que dividió la zona en disputa –parte del Campo de Hielo Patagónico Sur– aproximadamente en partes iguales entre ambos países. El tratado no fue ratificado, y fue modificado parcialmente por otro, de 1998, que definió con más precisión el límite, entre el Cerro Daudet y el Monte Fitz Roy.
También se solucionó la disputa de soberanía en torno a la Laguna del Desierto, por medio de un fallo arbitral, acordado entre ambos países en 1991. El Tribunal Arbitral nombrado, formado por juristas latinoamericanos, se expidió el 21 de octubre de 1994, reconociendo la soberanía de casi todo el territorio en disputa a la Argentina.

Venta de armas a Ecuador, Croacia y Bosnia

La venta de armas a Ecuador, Croacia y Bosnia-Herzegovina fue un escándalo político que tuvo lugar durante la presidencia de Carlos Menem (1989-1999) en Argentina, y se refiere a una serie de ventas ilegales de armamentos fabricados en la Fábrica Militar de Río Tercero en Argentina, utilizados por Croacia y Bosnia-Herzegovina en las Guerras Yugoslavas y por Ecuador en la Guerra del Cenepa contra el Perú.​ Los actos estuvieron vinculados a las explosiones de Río Tercero de 1995, que mataron a siete personas, hirieron a más de trescientas y destruyeron parte de esa ciudad. En 2010 la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió oficialmente perdón al Perú, en nombre del Estado y el pueblo argentinos.
En 2018, veintitrés años después, la Cámara Nacional de Casación Penal de Argentina, absolvió a todos los acusados argumentando que el tiempo que le llevó al poder judicial argentino resolver un caso relativamente simple, implicaba una violación a los derechos humanos de los acusados.​
Estados Unidos y la OTAN instigaron el envío de armas a Croacia y Bosnia-Herzegovina desde Argentina y, en menor medida, desde Chile, con el fin de impedir el triunfo de Serbia, país al que apoyaban Rusia, e Israel y que involucró también a Irán, Turquía, Malasia, Pakistán, Hungría, Arabia Saudita y Chile en el caso de Chile se usaron redes de inteligencia remanentes de las creadas para el terrorismo de Estado en las décadas de 1970 y 1980, como el Plan Cóndor.​ Altos funcionarios croatas han declarado públicamente que gracias al envío de armas argentinas esa nación pudo armarse para defenderse y que ello permitió detener la guerra.

Explosiones de Río Tercero

Las explosiones de Río Tercero de 1995 fueron una serie de detonaciones sucedidas en la ciudad argentina de Río Tercero, provincia de Córdoba, el 3 de noviembre de 1995, durante la presidencia de Carlos Menem. Ese día estalló la Fábrica Militar de Armamentos que se encontraba en esa ciudad, destruyendo el establecimiento y parte de la ciudad, causando la muerte de siete personas, hiriendo a más de trescientas y dañando seriamente la salud mental de la mayor parte de la población de la ciudad.

En 2014 el Tribunal Oral Federal de Córdoba N° 2 dictó la sentencia sobre el caso, condenando a cuatro altos funcionarios de la empresa estatal Fabricaciones Militares, todos ellos ingenieros y militares retirados, a penas de trece y diez años de prisión, por el delito de estrago doloso (intencional) agravado por la muerte de personas. El tribunal concluyó también por unanimidad y con plena certeza que el móvil de la explosión fue el encubrimiento del contrabando de armas a Ecuador y Croacia realizado entre 1991 y 1995


Firma del Tratado de Asunción que dio inicio al Mercosur

Firma del Tratado de Asunción que dio inicio al Mercosur
Luego de un año de diálogos y acuerdos previos, el 26 de marzo de 1991 se firma en nuestra capital el Tratado de Asunción que dio inicio al compromiso de construir el Mercado Común del Sur (Mercosur). Se dejó abierta la posibilidad de adhesión de otros Estados. El acuerdo fue firmado en un acto realizado por los presidentes Andrés Rodríguez (Paraguay), Carlos Menem (Argentina), Fernando Collor de Mello (Brasil) y Luis Alberto Lacalle (Uruguay), en lo que fue todo un suceso ese año.




Reunion Menem - Bush

Reunion Menem - Bush
El miércoles 27 de septiembre, Menem acompañado por Domingo Cavallo, Alberto Kohan, Guido Di Tella, Néstor Rapanelli y el vocero Humberto Toledo entraron a la Casa Blanca para mantener un encuentro formal y privado con Bush y sus funcionarios. Antes de comenzar el dueño de casa lo llevó a pasear por el Jardín de las Rosas, seguidos por la traductora argentina Ana Braun. Mientras caminaban Menem miró el soleado firmamento y le dijo: “En mí país esto es un día peronista”. Luego, Bush le mostró su casa y presentó a su señora Barbara. Paseando por otros salones de la mansión un grupo de turistas saludó a los dos presidentes.



Conferencia  de  prensa Carlos S. Menem  y George HW Bush

Conferencia  de  prensa Carlos S. Menem  y George HW Bush
Conferencia  de  prensa del 2 de  diciembre de 1990 en la Casa Rosada, en Argentina, el presidente de Argentina, Carlos S. Menem y el presidente de los Estados Unidos, George HW Bush, durante su visita a Buenos Aires,



Participación argentina en la Guerra del Golfo

Participación argentina en la Guerra del Golfo
La participación argentina en la Guerra del Golfo fue tan impopular, que una encuesta reveló que el 95% de los argentinos estaba en contra del envío de buques al conflicto. A pesar de esto y los reclamos de diversos sectores de la oposición, el Congreso aprobó el envío de tropas a la guerra. El anuncio fue el entoncesMinistro de Relaciones Exteriores Domingo Cavallo, que esperaba que la medida atrajera inversores extranjeros. Tiempo después, Cavallo se convertiría en Ministro de Economía. La participación del país estuvo centrada en el bloqueo naval del Golfo Pérsico, impidiendo que barcos ingresen o salieran del puerto de Kuwait. Para ello, se enviaron 500 hombres en 2 corbetas, 1 destructor, 1 buque de carga, 2 aviones de transporte y 3 helicópteros. Durante la misión, llamada «Operativo Alfil», se realizaron cerca de 900 intercepciones, abriendo fuego más de 4 veces. Si bien no hubo víctimas durante la operación, se perdió un helicóptero debido a un accidente. La guerra concluyó con la expulsión de las tropas iraquíes de Kuwait y debilitó seriamente la relación que Saddam Hussein mantenía con Estados Unidos, un aliado clave durante los 80 en su lucha contra Irán. Por la victoria, las tropas argentinas desfilaron junto al resto de la coalición en Nueva York. La participación de nuestro país impulsó un acercamiento importante con los países de la OTAN y, principalmente, con Estados Unidos. 



William J. Clinton con el presidente Carlos Menem

Fotografía de la reunión del presidente William J. Clinton con el presidente Carlos Menem de Argentina en la Oficina Oval el 29 de junio de1993



Privatizacion de YPF

Privatización de YPF
El miércoles 28 de junio de 1993, el por entonces presidente Carlos Menem anunciaba el comienzo del proceso de privatización de YPF, deesde Washington y 24 horas antes de reunirse con el presidente Bill Clinton, explicaba que con lo recaudado pretendían comenzar a pagar a 140 mil jubilados “mayores de 85 años el total de la deuda que el Estado tiene con ellos”. “Superando todas las expectativas en lo que hace a la demanda”, se venderán 160 millones de esos títulos, celebraba el mandatario, porque le iba a permitir recaudar en efectivo 3.040 millones de dólares para reducir ese pasivo de las cajas previsionales. “Al resto (cuatro millones de adultos mayores), sin excepción, vamos a abonar a todos (afirmó) una suma no superior a 1.560 pesos”, se comprometía. “Esta operatoria es la más grande de todos los tiempos a nivel internacional”, valoraba el jefe de Estado, “y se lleva a cabo casualmente con un gobierno que ha conseguido devolverle la confiabilidad y la responsabilidad, la credibilidad al pueblo argentino”. En la rueda de prensa lo acompañaron el ministro Domingo Cavallo y el canciller Guido Di Tella.
En EE.UU., cuando se le preguntó a cuánto ascendía la deuda del Estado con la “clase pasiva”, como se definía a los jubilados, Cavallo le apuntó al presidente que el monto era de 12.000 millones de dólares. “Yo pensé que era menos”, reconocía Menem, para quien ese era “el paquete que nos ha dejado la administración anterior”. Así anticipaba que al día siguiente, ese 29 de junio, comenzarían a cotizar en bolsa las acciones de YPF, a un valor de 19 dólares. Y sobre la fecha hizo una broma: “yo quería que fuera el 2 de julio, porque es mi cumpleaños, pero será mañana”.



Venta de Armas a Ecuador y a Croacia, Bosnia

Venta de Armas a Ecuador y a Croacia, Bosnia
Estados Unidos y la OTAN intervinieron en la misma con el objetivo de tomar posiciones en esa región estratégica ubicada en el corazón de Europa, respaldando a Croacia y a Bosnia-Herzegovina, y enfrentando a Serbia, que tenía el apoyo de Rusia. Pero el embargo de armas que las Naciones Unidas había establecido en la región, les impedía intervenir abiertamente. Esa fue la razón que llevó a la organización de un mecanismo clandestino de alcance global, que permitiera violar el embargo para armar a las tropas croatas. Argentina fue integrada a ese mecanismo, y también lo fue Chile, aunque en una magnitud mucho menor.Las operaciones de contrabando de armas hacia Croacia y Bosnia Herzegovina, impulsadas por Estados Unidos y la OTAN, alcanzaron una enorme magnitud e involucraron también a Irán, Turquía, Paquistán, Hungría, Malasia y Arabia Saudita.
Para poner en marcha la operación, Menem firmó tres decretos secretos (1697/1991, 2283/1991 y 103/1995), refrendados por los ministros Erman González, Guido Di Tella y Domingo Cavallo.​ Los decretos simulaban ventas de armas a Panamá y Venezuela, pero los embarques eran remitidos a Croacia, Bosnia Herzegovina y Ecuador. Los decretos también establecieron que las armas se entregaran a la empresa Debrol, del traficante de armas y coronel retirado Diego Palleros, quien era el encargado de organizar el transporte de las mismas.​ En el caso de Ecuador en cambio, intervino el traficante de armas francés Jean Bertrand Lasnaud, secundado por el capitán de navío retirado Horacio Estada.
Para ejecutar la misión, el Ejército argentino realizó una enorme operativo logístico, que vació los arsenales de los cuarteles, para llevar primero las armas a la Fábrica Militar de Armas de Río Tercero, en Córdoba, donde se borraron los números de serie y el escudo argentino, y luego volver a trasladarlas a los puertos en los que fueron embarcadas. 



Explosion de Fábrica Militar de Armas de Río Tercero de 1995

Explosión de Fábrica Militar de Armas de Río Tercero de 1995 
El 3 de noviembre de 1995, a las 8:55 de la mañana, se iniciaron en la Fábrica Militar de Armas de Río Tercero una serie de explosiones que se extendieron a lo largo de todo el día, causando la muerte de siete personas, todas ajenas a la planta, ya que ninguna de las 400 personas empleadas presentes durante el siniestro resultó muerta.​ El siniestro causó también lesiones a más de trescientas personas, la mayoría de las cuales se encontraban fuera de la planta,​ donde hubo un solo herido grave.
La fábrica estaba ubicada a doscientos metros del límite del área urbana, razón por la cual las explosiones afectaron directamente a la ciudad: decenas de viviendas quedaron en ruinas y cientos fueron seriamente dañadas, al igual que los automóviles; toda el área urbana quedó regada de esquirlas, escombros y municiones de guerra. Las zonas más afectadas fueron los barrios aledaños a la fábrica: Escuela, Las Violetas, Libertador, Cerino, etcétera.