Rebelion Carapintada

La rebelión carapintada de 1990 encabezada por el coronel Mohamed Alí Seineldín fue el último levantamiento militar que sufrió nuestro país, el cuarto producido desde el regreso de la democracia en 1983, duro 20 horas de enfrentamientos, 13 muertos y una rendición incondicional

El Secretario General de la Presidencia Alberto Kohan  fue despertado a las 3:30 horas, con la noticia de la rebelión carapintada subió a su auto y se dirigió a la residencia de Olivos, donde descansaba el presidente Carlos Saúl Menem en donde  le comunicó que sectores rebeldes del Ejército habían tomado el Edificio Libertador, que era la sede del Estado Mayor del Ejército; el Regimiento de Infantería 1 Patricios, la fábrica de Tanques Medianos y dependencias del Batallón de Intendencia 601 de El Palomar.

El de 1990 sería el cuarto alzamiento contra el orden constitucional desde el retorno de la democracia en 1983. El primero había sido entre el 16 y el 20 de abril de 1987; al año siguiente habría dos, uno entre el 15 y 19 de enero y otro entre el 1 y el 5 de diciembre , el reclamo no variaba: percibían que estaban transitando un proceso de indefensión nacional. La fecha fue elegida por dos motivos: no se la podía planificar para fin de diciembre, que era la época de los cambios de destino; además, lo que tomamos como una motivación más fue la anunciada visita del presidente de Estados Unidos George Bush padre para el día 5”.

En las primeras horas del 3, se desencadenó el movimiento. El referente natural era el coronel Mohamed Alí Seineldín, a quien consideraban un líder e ideólogo y que estaba detenido en San Martín de los Andes, un grupo de sublevados tenía la orden, una vez estallado el alzamiento, de liberarlo, algo que nunca llegó a ocurrir.

Cuando aún no había amanecido, el teniente coronel Hernán Pita, segundo jefe de Patricios, caía acribillado por seis proyectiles. A su lado, con un disparo en el rostro, yacía el mayor Federico Pedernera, jefe de operaciones de esa unidad. También moriría en Patricios el cabo primero Rolando Daniel Morales. La represión había sido ordenada por el jefe del Ejército, general Martín Félix Bonnet.

En ese momento, el ex mayor Hugo Reinaldo Abete uno de los integrantes del movimiento carapintada "comprendió que todo estaba perdido De no ocurrir las muertes –que lamentamos profundamente- Palermo hubiera desbordado de militares de todas las armas. Cuando tomamos conciencia de la muerte de Pita y Pedernera, supimos que todo estaba perdido. Lo que no querían era un enfrentamiento armado, que era lo que estaba ocurriendo". 

En la oscuridad de la madrugada, oficiales y suboficiales del mismo regimiento se disparaban, en las sombras, casi sin poder distinguirse. Abete culpó a francotiradores de las fuerzas leales como los responsables de haber iniciado el fuego.

Lo que Abete ignoraba es que ya, en el trayecto entre Olivos y la Casa de Gobierno, desde la residencia presidencial, el presidente Menem había dado la indicación precisa de sofocar el movimiento rebelde. No admitiría negociaciones  recordó Kohan "O se rinden o bombardeamos las unidades”.

Hubo otras muertes, como los 5 pasajeros del colectivo de la línea 60 que fue chocado por un tanque, en Boulogne, donde además 20 personas resultaron heridas.

Además, habían disparado contra los periodistas Fernando Carnota, de Radio Mitre, y Jorge Grecco, de la revista Somos. Ambos se encontraban dentro del móvil de la radio cercano al edificio Libertador cuando proyectiles ingresaron por la luneta. Grecco, herido en el hombro y en el brazo, pudo salir del auto; el que se llevó la peor parte fue Carnota, ya que un proyectil lo tuvo al borde de la muerte al impactarle casi en la nuca.

Una vez que el primer mandatario se instaló en su despacho en Casa Rosada, firmó el decreto de Estado de Sitio. No consideró necesario convocar a los partidos políticos.

“Lo que decidió Menem fue la actitud propia de un conductor, del que gobierna”, dijo Kohan.

El Secretario General se dirigió entonces a la sede del Estado Mayor del Ejército, acompañado por un suboficial de la Policía Federal. Ingresó por un portón del costado y lo que percibió fueron ánimos muy alterados. Solo pudo hablar con el sargento Guillermo Verdes, al que le llamó la atención su cara embadurnada. “Les comuniqué que la única salida era rendirse, que no se iba a negociar. Más tarde, supe que ese suboficial había muerto de un disparo en la cabeza”.

Habría más muertos. El coronel Jorge Romero Mundani, veterano de Malvinas que se había sublevado en la fábrica de tanques, se suicidó en Mercedes. De la Prefectura cayeron Ayudante de 1ra Mieres y Ayudante de 3ra Acosta, en Entre Ríos, el soldado Javier Humberto Gomez y en Palermo el soldado Greco.

Visita de Bush

Ese mediodía, mientras Carlos Menem almorzaba solo, Kohan tenía otras preocupaciones. Estaba en contacto con el equipo del presidente George Bush, en ese momento en Brasil.

“A pesar de los recelos del servicio secreto de la Casa Blanca, el mandatario no quiso suspender la visita, un gesto que fue muy valorado”, recordó el ex funcionario.

La visita de Bush era la segunda desde la visita de Dwight Eisenhower en 1960 durante el gobierno de Arturo Frondizi que un presidente de ese país no venía a la Argentina.


Mohamed Alí Seineldín

Mohamed Alí Seineldín
Mohamed Alí Seineldín fue un oficial argentino que lideró desde la cárcel una sublevación militar en Buenos Aires en 1990, previamente había comandado un regimiento en la guerra de las Malvinas y era un referente del movimiento carapintada (1987-1990), que realizó los últimos levantamientos militares contra gobiernos democráticos en Argentina, hecho por el cual fue condenado a cadena perpetua, siendo indultado en 2003,


Teniente General Martín Bonnet

Teniente General Martín Bonnet
El Teniente General Martín Bonnet supervisando la represión al último alzamiento militar de los Carapintadas el 3 de diciembre de 1990.


motin carapintada de 1990

El referente natural era el coronel Mohamed Alí Seineldín, a quien consideraban un líder e ideólogo y que estaba detenido en San Martín de los Andes. Un grupo de sublevados tenía la orden, una vez estallado el alzamiento, de liberarlo, algo que nunca llegó a ocurrir. Menem había dado la indicación precisa de sofocar el movimiento rebelde. No admitiría negociaciones. “O se rinden o bombardeamos las unidades”, recordó Kohan


Levantamiento Carapintada 1990

El 25 de noviembre de 1990 Seineldín ordenó poner en marcha el alzamiento, a través de una grabación que el capitán Gustavo Breide Obeid trajo desde el Sur. La decisión partió de un “Consejo Militar” (los Ancianos) integrado por oficiales retirados y civiles después de un “sesudo” análisis de un “Estado Mayor del Ejército Nacional”


Auto de Radio Mitre del periodista Fernando Carnota

Auto de Radio Mitre del periodista Fernando Carnota
El 3 de diciembre de 1990 mientras cubría el Alzamiento carapintada a las afueras del Edificio Libertador el periodista Fernando Carnota para Radio Mitre, fue alcanzado en la cabeza por una bala disparada desde el interior del Edificio Guardacostas. Carnota fue operado al día siguiente, estuvo en coma 24 horas y en terapia intensiva durante una semana. La recuperación le demandó siete meses: el disparo le había afectado la audición del oído derecho que además le provocaba problemas en el equilibrio