Creación de la universidad de Buenos Aires.

El gobierno de Martín Rodríguez registró en sus realizaciones la fundación de la universidad de Buenos Aires, una vieja aspiración desde la época del virrey Vértiz, auspiciada también por el director supremo Pueyrredón antes de su caída en 1819. 

El primer rector

El doctor Antonio Sáenz fue comisionado para realizar los estudios y gestiones preliminares; desde 1816 elaboró el reglamento provisional, aseguró la base económico-financiera, distribuyó los departamentos de estudio: medicina, jurisprudencia, ciencias sagradas, mate-máticas y ciencias preparatorias. Sáenz había presidido la Academia de jurisprudencia y como diputado al congreso de Tucumán redactó el Manifiesto sobre el tratamiento y crueldades que han sufrido las Provincias Unidas de los españoles y motivó la declaración de independencia; dictó en la universidad la cátedra de derecho natural y de gentes hasta su fallecimiento en 1825.

Martín Rodríguez y De Luca lo tenían todo dispuesto para la inauguración de la universidad, pero las condiciones creadas por la crisis de 1820 retardaron el acto inaugural; entretanto fue incorporado al gobierno Bernardino Rivadavia a quien tocó en tal concepto firmar el edicto de la erección el 9 de agosto de 1821. Si Antonio Sáenz fue el artesano de la obra, raramente se habría encontrado entonces una persona que haya tomado tanto interés en la nueva creación como Rivadavia. La universidad se declaró inaugurada con toda pompa el 12 de agosto en el templo de San Ignacio; su primer rector, Antonio Sáenz, pronunció una alocución de circunstancias y Rivadavia respondió ofreciendo la protección del gobierno.

Inicialmente, para 1822, la universidad se componía de los siguientes departamentos:

Antonio Saenz

Sáenz fue el principal promotor para la organización de la que sería la Universidad de Buenos Aires. Varias veces se había preocupado en dotar a la ciudad de una casa de altos estudios. En 1816 había sido comisionado para su creación pero el intento quedó finalmente anulado. Pero persistió en su empeño por actualizar la educación superior del país, todavía muy aferrada a la enseñanza del tipo religioso en detrimento de las ciencias naturales y exactas que por ese tiempo comenzaban estudiarse pero era necesario organizarlas y estructurarlas en una academia. Sáenz logró esto con la creación de la Universidad, que se formó mediante la incorporación de instituciones académicas preexistentes. Aprovechó la impronta educativa del gobernador de Buenos Aires, el brigadier general Martín Rodríguez quien junto a Bernardino Rivadavia, su ministro de gobierno, decidieron su erección. La Universidad de Buenos Aires fue fundada el 12 de agosto de 1821 en la San Ignacio y Antonio Sáenz fue su primer rector. Ocupó la cátedra de Derecho Natural (1822) y de Gentes (1823), redactando para sus alumnos las Instituciones Elementales, convirtiéndose así en el primer autor de la Universidad.

a) Departamento de primeras letras, que regía las escuelas primarias de la ciudad y la campaña.
b) Departamento de estudios preparatorios, en el que se enseriaba latín, idiomas vivos, filosofía, ciencias físico-matemáticas y economía política.
c) Departamento de ciencias exactas, dibujo, química general, geometría descriptiva con sus aplicaciones, de cálculo y mecánica, y física elemental y astronomía.
d) Departamento de medicina: instituciones médicas, instituciones quirúrgicas y clínica médica y quirúrgica.
e) Departamento de jurisprudencia: derecho civil, derecho natural, y de gentes.
f) Departamento de ciencias sagradas, cuyo funcionamiento se inició en 1824 por falta de alumnos anteriormente.

Fundacion de la Universidad de Buenos Aires

Detalle de la pintura sobre la fundación de la Universidad de Buenos Aires oleo realizado por Gonzalez Moreno y que esta ubicado en la Facultad de Derecho

Rivadavia hizo agregar la cátedra de economía política, que dictó desde 1823, José Pedro Agrelo, y la de derecho civil a cargo de Pedro José Somellera.

Para formar el plantel estudiantil de la universidad se prestó atención al Colegio de ciencias morales, nombre que adquirió desde 1823 el antiguo Colegio de la Unión del Sud, un internado para becados y pensionistas cuya dirección fue encomendada a Miguel Belgrano. 

El colegio se refundió después de la caída de Rivadavia en el Colegio de estudios eclesiásticos y tomó el nombre de Colegio de la Provincia de Buenos Aires, suprimido en 1830 por el gobierno, a causa de las erogaciones que exigía y porque no respondía a los fines que motivaron su fundación. En el Colegio de ciencias morales disfrutó de una beca Juan Bautista Alberdi, y las becas para realizar estudios en el extranjero correspondieron a Fonseca, Darregueira, Pico y Valencia.


Diego Alcorta

Diego Alcorta fue uno de los primero estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, e,n la cátedra de Filosofía tuvo como profesor a Juan Crisóstomo Lafinur y en la de Matemáticas a Avelino Díaz. Inició sus estudios en la carrera de Medicina en 1823; tuvo como docentes a Cosme Mariano Argerich en la cátedra de Nosografía, a Francisco de Paula Almeyra en las de Anatomía y Fisiología, a Juan A. Fernández en la de Instituciones Médicas, y a Francisco Rivero en las de Clínica Médica y Quirúrgica.
Fundó en 1824 junto a otros estudiantes la «Sociedad Elemental de Medicina» de la cual fue su presidente y en la que sus miembros exponían trabajos sobre temas médicos. Allí Alcorta expuso acerca de las afecciones patológicas combinadas de los órganos y las variedades del pulso arterial. Obtuvo su diploma en 1827. Su tesis de doctorado fue «Disertación sobre la manía aguda». 

Estudio de Filosofia

Juan Crisóstomo Lafinur había iniciado, la enseñanza de la filosofía en el Colegio de la Unión, pero no dictó más que los cursos de 1819 y 1820, pues su enseñanza suscitó activa oposición; en 1821 se le encuentra en Mendoza, en cuyo colegio enseña filosofía, literatura, música y francés; pero su interpretación liberal le obliga a pasar a Chile en 1822, donde falleció en 1824. Lafinur inicia la emancipación de la filosofía de los claustros escolásticos, aunque todavía no entra en la base experimental; es la llamada "ideología", que se mantiene en las cátedras universitarias por más de un cuarto de siglo. También removió ideas y se hizo intérprete de inquietudes intelectuales y educativas fray Francisco de Paula Castañeda, que había sido profesor de filosofía en Córdoba y que en 1815 estableció en el convento de la Recoleta dos academias de dibujo. Entregado a una original campaña periodística que culminó en su lucha contra la reforma eclesiástica rivadaviana, tuvo que salir de Buenos Aires en 1822 y refugiarse en Rincón, pueblo próximo a Santa Fe, donde continuó sus periódicos y fundó una escuela.

En el departamento de estudios preparatorios se dictaba la cátedra de filosofía, siguiendo el impulso que había dado a esa enseñanza Lafinur en el colegio de la Unión del Sud, la llamada ideología. La cátedra fue desempeñada desde 1822 a 1827 por Juan Manuel Fernández de Agüero; acusado de sostener ideas heréticas, sufrió una suspensión temporal en la cátedra. Sus lecciones fueron reunidas con el título Principios de ideología elemental, abstractiva y oratoria; adaptados a la instrucción de los jóvenes en un curso bienal de lógica, metafísica y retórica, publicadas en dos tomos, en 1824 y 1826.

En esa materia sucedió a Fernández de Agüero, el doctor Diego Alcorta, que tuvo por discípulos a Alberdi, Juan María Gutiérrez y Vicente Fidel López, y desempeñó la cátedra hasta 1842, con gran influencia sobre sus alumnos.

Juan Crisóstomo Lafinur

Juan Crisóstomo Lafinur fue un poeta, filósofo y educador argentino. Fue tío bisabuelo de Jorge Luis Borges.

Enseñanza de Matemáticas

En el departamento de estudios preparatorios, el primer matemático argentino, Avelino Díaz, nacido hacia 1800 en Buenos Aires, dictó la cátedra de físico-matemáticas hasta 1830; comprendía aritmética, álgebra, geometría, trigonometría, mecánica, física general y cosmografía; en 1827 ocupó la cátedra de geometría descriptiva en el departamento de ciencias exactas. Aunque no se dictaba todavía física experimental, Díaz estaba ya en el buen camino de esa orientación. Es autor de varios libros de texto: Lecciones elementales de aritmética; Lecciones elementales de álgebra; Lecciones elementales de geometría, en que se consideran las rectas, planos y poliedros con independencia de las propiedades de la línea circular; los dos primeros se publicaron en 1823, el tercero en 1830.




Manuel Moreno

Manuel Moreno (hermano de Mariano Moreno) fundó el departamento de medicina de la Universidad de Buenos Aires. Desde 1823, dictó la cátedra de Química de la Universidad, siendo el primero en dictar clases públicas de esa disciplina en el país, hecho que le valió el mote de "Don Óxido". En su laboratorio encendió cuatro lámparas a gas, algo nunca visto en el país.

Enseñanza de química

La cátedra de química fue dictada por Manuel Moreno, precursor de esos estudios en el país, iniciando el curso en 1823; renunció en 1828. .

Enseñanza de Ciencias exactas

En el departamento de ciencias exactas, la cátedra de geometría estuvo a cargo de Felipe Senillosa hasta 1826, año en que renunció para concentrarse en las tareas del departamento topográfico y estadístico; lo reemplazó Ro­mán Chauvet, francés, contratado, que habría dictado el curso de 1827 sobre cálculo infinitesimal y sus aplicaciones a la mecánica; le sucedió Avelino Díaz.

Laboratorio de Fisica

Rivadavia había adquirido en sus viajes y estudios ideas concretas sobre la enseñanza y sobre las ciencias de mayor utilidad práctica: física experimental, química, ciencias naturales, medicina, etc. En 1823 hizo adquirir en Europa un laboratorio de química y una sala de física. Fueron instalados en 1826 en el convento abandonado de los dominicos. Con la primera remesa de aparatos llegó el profesor contratado Pedro Carta Molino, médico y físico italiano, entusiasta de la ciencia experimental; desempeñó las cátedras de materia médica y farmacia e inauguró la de física experimental a mediados de 1827.En la cátedra de física sucedió a Carta Molino el sabio italiano Octavio Fabricio Mossotti, astrónomo, nacido en .1791, graduado en ciencias físico-matemáticas en Pavía; llegó al país en 1827 e instaló un pequeño observatorio en las celdas altas de Santo Domingo, al cual anexó un gabinete meteorológico. En el mismo convento estaba el aula de. física experimental que dirigió Mossotti desde 1828 hasta 1834.
Calculó la latitud de Buenos Aires, referida a la pirámide de la plaza de la Victoria, hoy de Mayo, y estableció con Felipe Senillosa, experimentalmente, la comparación de la vara con el metro, estableciéndose desde entonces la equivalencia: 1 vara = 766 mm. Fue designado más tarde ingeniero del Departamento topográfico. Vicente Fidel López fue alumno suyo y le dedicó una emotiva página en el fragmento de su Autobiografía que publicó Paul Groussac en La Biblioteca.



Departamento de medicina

En el departamento de medicina dictaron cátedra Francisco de Paula Rivero y Cosme Argerich, este último hijo del que fue director del Instituto médico-militar. En 1822

se creó la Academia de medicina, entidad también importante, que publicó ya en 1823 un volumen de sus Anales, primera manifestación en el país de la prensa científica. Se creó la escuela de partos, la escuela de enfermeras y se difundió intensamente la vacuna.


Departamento de jurisprudencia

En el departamento de jurisprudencia se dictaban inicialmente las cátedras de derecho natural y de gentes por el rector Antonio Sáenz y la de derecho civil por Pedro Antonio Somellera; en 1823 se incorporó al departamento de jurisprudencia la economía política, que dictó desde 1824, Pedro José Agrelo; se utilizaban como texto los Elementos de economía de James Mill, traducidos por Ignacio Núñez y publicados en Buenos Aires; pero ese curso no se dictó más que un año y no reaparece hasta 1826, cuando Dalmacio Vélez Sarsfield se hizo cargo de la cátedra. El mismo año se instituyó la cátedra de derecho público eclesiástico, cuyo primer profesor fue Eusebio Agüero, autor de Instituciones de derecho público eclesiástico (1828). Somellera publicó en 1824 la primera y la segunda parte de sus Principios de derecho civil. Riva-davia había dispuesto que los profesores publicasen sus lecciones y la historia de las respectivas disciplinas. Y el deán Funes fue encargado de traducir y anotar la obra de Pedro Claudio Daunau: Ensayo sobre las garantías individuales.

Enseñanza primaria

La enseñanza primaria o común quedó sometida a la dirección técnica de la universidad a través de su departamento de primeras letras. Rivadavia había escrito: "La instrucción es el secreto del engrandecimiento y prospeperidad de las naciones". Ya en 1821 se había iniciado por Diego Thompson la enseñanza primaria por el sistema lancasteriano, que se difundió con el apoyo del gobierno en las escuelas de la ciudad y de la campaña. 

El método de enseñanza mutuo o lancasteriano, fue adoptado en casi toda América e implantado por San Martín y Bolívar en sus iniciativas de enseñanza. 

Rivadavia fundo la escuela normal de niñas, y creó las escuelas del Pilar, Concepción, San Telmo, Montserrat, Barracas, Chascomús, Ranchos, San Nicolás, San Pedro y otras más. Se impartía en ellas enseñanza obligatoria gratuita y religiosa. Para esa labor contrató en Europa a madame Chatel y a la señora de Pierre Elau.