Derechos humanos

El peronismo fue pionero en el reconocimiento mundial de los derechos de las personas mayores, proponiendo ese mismo año su reconocimiento en la Asamblea de las Naciones Unidas, que recién los reconocería en 1991 al aprobar los Principios de las  Naciones Unidas en Favor de las Personas de Edad.

Derechos de la ancianidad

El 28 de agosto de 1948, Eva Perón anunció el Decálogo de los Derechos de la Ancianidad aprobado por Decreto 32.138/48:

a) Derecho a la asistencia
b) Derecho a la vivienda
c) Derecho a la alimentación
d) Derecho al vestido
e) Derecho al cuidado de la salud física
f) Derecho al cuidado de la salud mental
g) Derecho al esparcimiento
h) Derecho al trabajo
i) Derecho a la libre expresión
j) Derecho al respeto.

El Decálogo fue incluido en la Constitución Nacional al año siguiente.

Igualdad entre hombres y mujeres

Durante el primer gobierno de Perón se produjo un cambio histórico en lo que respecta al reconocimiento de los derechos de la mujer. Se incorporaron al máximo texto jurídico los nuevos derechos sociales como también el voto femenino, que había sido aprobado en 1947, y que reivindicaba a la mujer hasta entonces marginada de la vida política argentina.

El sufragio femenino

En 1947, se sancionó la ley reconociendo a todas las mujeres mayores de 18 años el derecho a votar y ser votadas (sufragio femenino), existiendo recién entonces sufragio universal en la Argentina. El derecho ya había sido reconocido en San Juanpor la reforma constitucional de 1927. A nivel nacional, el derecho al voto venía siendo reclamado por las mujeres desde 1907, cuando Alicia Moreau y otras mujeres fundaron el Comité Pro Sufragio Femenino. Sin embargo ni la Unión Cívica Radical ni los conservadores apoyaron institucionalmente el reclamo y los proyectos presentados fueron sistemáticamente rechazados.

Sin embargo las resistencias al sufragio femenino no estaban ausentes tampoco en el peronismo. En ese sentido Eva Perón (Evita) jugó un papel importante. Luego del 17 de octubre de 1945, a propuesta de Evita, Perón desde su cargo de vicepresidente, intentó sancionar la ley del voto femenino. Sin embargo las resistencias tanto dentro de las Fuerzas Armadas en el gobierno, como de la oposición, que alegaba intenciones electoralistas, frustraron el intento. También influyó el hecho de que la influencia de Evita dentro del peronismo era relativamente débil antes del 24 de febrero de 1946.

Luego de las elecciones de 1946, Evita comenzó a hacer abierta campaña por el voto femenino, a través de mítines de mujeres y discursos radiales, al mismo tiempo que su influencia dentro del peronismo crecía. El proyecto de ley fue presentado inmediatamente después de asumido el gobierno constitucional (1 de mayo de 1946). A pesar de que era un texto brevísimo en tres artículos, que prácticamente no podía dar lugar a discusiones, el Senado recién dio media sanción al proyecto el 21 de agosto de 1946, y hubo que esperar más de un año para que la Cámara de Diputados sancionara el 9 de septiembre de 1947, la Ley 13.010 de sufragio femenino, estableciendo la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres.

Igualdad jurídica en el matrimonio y la patria potestad

La igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida que garantizó el artículo 37 (II.1) de la Constitución de 1949. El texto fue directamente escrito por Eva Perón. En 1955 la Constitución fue derogada, y con ella la garantía de igualdad jurídica entre el hombre y la mujer en el matrimonio y frente a la patria potestad, reapareciendo la prioridad del hombre sobre la mujer. La reforma constitucional de 1957 tampoco reincorporó esta garantía constitucional, y la mujer argentina permaneció discriminada legalmente hasta que se sancionó la ley de patria potestad compartida en 1985, durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

Derechos de los trabajadores

En la reforma constitucional de 1949 el peronismo incluyó los derechos de los trabajadores, que se perdieron cuando la dictadura antiperonista que tomó el poder en 1955, derogó por proclama militar la Constitución Nacional. La reforma constitucional de 1957 restituyó algunos derechos laborales y agregó otros.

Derechos de la niñez

En la reforma constitucional de 1949 el peronismo incluyó los derechos de la niñez, que se perdieron cuando la dictadura antiperonista que tomó el poder en 1955, derogó por proclama militar la Constitución Nacional. Diez años después las Naciones Unidas aprobaría la Declaración de los Derechos del Niño.

Derechos políticos de los habitantes de los territorios nacionales

En la reforma constitucional de 1949 el peronismo incluyó por primera vez los derechos políticos de los habitantes de los territorios nacionales, que hasta ese momento no tenían derecho a elegir al Poder Ejecutivo, ni a sus representantes en el Congreso de la Nación. En la segunda presidencia de Perón, todos los territorios nacionales fueron provincializados, otorgándole de ese modo derechos políticos plenos a sus habitantes. La dictadura antiperonista que tomó el poder en 1955 anularía algunas de las nuevas provincias, quitándole a sus habitantes los derechos políticos, en algunos casos hasta el gobierno peronista de Carlos Menemen 1991.

Hábeas corpus

El primer peronismo incluyó el hábeas corpus en la Constitución Nacional, con el fin de garantizar la libertad de los ciudadanos y ciudadanas frente a las detenciones arbitrarias por parte del Estado. El hábeas córpus sería quitado de la Constitución por la dictadura antiperonista que tomó el poder en 1955, y recién sería repuesto reforma constitucional de 1994, durante la presidencia de Carlos Menem.

Derecho de reunión

El primer peronismo incluyó el derecho de reunión en la Constitución Nacional, con el fin de garantizar la libertad de los ciudadanos y ciudadanas para movilizarse y manifestar colectivamente. La Constitución de 1853/1860 había establecido un sistema estrictamente representativo, restringiendo el derecho de reunión, prohibiendo la deliberación de los ciudadanos y las reuniones de personas para peticionar en nombre del pueblo (art. 22). El derecho de reunión sería quitado de la Constitución por la dictadura antiperonista que tomó el poder en 1955 y nunca más sería repuesto en la Constitución argentina.

Prohibición de las diferencias raciales

El primer peronismo prohibió las diferencias raciales en la Constitución Nacional, con el fin de combatir el racismo. la prohibiación sería anulada por la dictadura antiperonista que tomó el poder en 1955 y nunca más sería repuesto en la Constitución argentina.

Relación con la prensa

Cuando Perón asumió el gobierno muy pocos periódicos lo apoyaban: Democracia, El Laborista y La Época. Pronto comenzaron las medidas más variadas para combatir a los medios opositores. En primer lugar la provisión de papel de diario, que era totalmente importado, fue distribuido por el gobierno fijando cuotas sumamente reducidas para los medios hostiles, en segundo término la utilización de la prohibición de enviar determinados diarios por correo, también los frecuentes procesos por desacato contra los editores y directores de periódicos como a David Michel-Torino, propietario del diario El Intransigente de la ciudad de Salta, las clausuras de medios de prensa desafectos con el gobierno fueron expropiados la La Prensa y La Nueva Provincia de Bahía Blanca. La cinematografía se vio beneficiada por la puesta en marcha de tres medidas: la obligatoridad de la exhibición de películas argentinas en todo el país (Ley 1299/47), la reglamentación de la ley de protección a la industria cinematográfica (Decreto 16688/50) y la protección a la industria cinematográfica (Decreto 11731/52).56 logrando como resultado que en 1950 se producen 58 películas; todo un récord de producción, expandiéndose a otros países de habla hispana Dios se lo pague, que batió récords de audiencia en buena parte del planeta.En el período 1946 - 1955, se reformulan tradiciones culturales populares, se integran influencias de los realismos europeos, pero básicamente se modalizan las propuestas del cine clásico de Hollywood. Estas políticas beneficiaron de distintas maneras a la industria cinematográfica, el proceso favorecido además por las medidas distribucionistas que garantizaron un aumento del caudal de espectadores y posicionaron al cine como uno de loa entretenimientos populares de mayor repercusión. Esta legitimación del sector se había acentuado, además, con la realización, en Mar del Plata, del primer Festival de Cine Argentino en el mes de marzo de 1948.

La prensa gráfica se favoreció con la ratificación de la ley del Estatuto del Periodista Profesional declarada en 1946.

En cuanto a la televisión, la primera transmisión se realizó desde Canal 7 el 17 de octubre de 1951 con la emisión de un acto político, el "Día de la Lealtad", realizado en Plaza de Mayo

Durante la época peronista hubo un crecimiento sin par de las actividades relacionadas con las industria editorial ―de la publicación de obras nacionales y de la edición de ejemplares― que si bien es posible detectarlo desde la década de 1930 se incrementó en porcentajes históricos durante el peronismo, mientras que «una buena parte de estas prósperas editoriales pertenecían o estaban directamente controladas por opositores al gobierno» (Neiburg, 1998, págs. 168-169).

Desde fines de 1949, la comisión parlamentaria bicameral llamada Comisión Visca, cuyo cometido original era investigar torturas aplicadas por la policía, se dedicó a realizar investigaciones, allanamientos y clausuras de medios de prensa no oficialistas que afectó a unas 70 publicaciones.

De manera paralela, el gobierno ―aplicando una combinación de beneficios y presiones (tanto oficiales como sindicales)―  fue adquiriendo de manera directa (o a través de testaferros, según Félix Luna) periódicos, revistas y estaciones de radio. Así, por ejemplo, compró los periódicos Democracia, La Razón, Crítica y Noticias Gráficas y el conglomerado Haynes que reunía al diario El Mundo y la radio del mismo nombre (aunque estas últimas dos adquisiciones se mantenían en reserva sin dejarlas trascender al público). 

Al finalizar el gobierno de Perón solo dos periódicos de circulación nacional ―La Nación y Clarín― no pertenecían al Estado, el cual controlaba la totalidad de las radios a las que la ley 14.241 había agrupado en cuatro cadenas