Intervención a Tucumán.

Solamente el caso de Tucumán dio origen a un decreto de intervención en el período de gobierno de Quintana. 

La rivalidad entre el gobernador José A. Olmos y la legislatura había llegado a su punto crítico en ocasión de los comicios para la renovación de autoridades, con la formación de un doble colegio electoral para la elección de nuevo gobernador y de dobles cámaras legislativas. Encabezaba a los opositores el antiguo gobernador Lucas Córdoba. A requerimiento de una de las partes en disputa, el Congreso aprobó la ley de intervención y Domingo T. Pérez, senador nacional, fue designado interventor el 29 de setiembre.

Se convocó a nuevas elecciones por el comisionado federal, después de anular las que dieron origen al conflicto, y la intervención quedó terminada con el triunfo de los opositores cuando el doctor Figueroa Alcorta ejercía la presidencia.

El partido autonomista nacional se había comenzado a disgregar y se hacía palpable que correspondía una renovación de métodos electorales y una educación popular. Con vistas a la renovación parlamentaria se constituyó en noviembre de 1905 en la capital federal un nuevo partido: el de la Unión electoral, integrado por núcleos que respondían al gobernador de Buenos Aires, que arreciaban en su campaña con métodos de dudosa moralidad cívica. Frente a la Unión electoral se reunieron los republicanos, los autonomistas y la fracción que respondía al doctor Benito Villanueva y pactaron una política de coalición, proclamando una lista de candidatos a diputados nacionales en la que figuraban Carlos Pellegrini, Emilio Mitre, Luis María Drago, Roque Sáenz Peña, Ernesto Tornquist, Santiago G. O' Farrell, Antonio F. Piñero, Juan Balestra y Rómulo S. Naón; esa lista triunfó por 19.000 votos contra los 10.000 de la Unión electoral en los comicios del 11 de marzo de 1906, en los mismos comicios en que el partido socialista apareció ya con un respetable caudal electoral. Quintana falleció al día siguiente de la elección y la nueva agrupación política quedó pronto sin su máxima bandera, Carlos Pellegrini, que murió ese año.