El congreso de Tucuman
 
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Panorama Político
Fernando de Abascal, Virrey de Lima

Fernando de Abascal
Virrey de Lima

 

 

 

 

 
Vuelta de San Martín

 

 

 

 

 
Las logias masónicas eran organizaciones de tipo liberal y antiabsolutista

La logias masónicas eran organizaciones secretas de carácter liberal y antiabsolutista

 

 

 

 

 

 

Medalla Masónica (anverso y reverso) otorgada al General San Martín en Bruselas

Medalla Masónica (anverso y reverso) otorgada al General San Martín en Bruselas, en 1825 por la logia belga La Parfaite Amitié

 
 
 
 
 

Paraguay: el 12 de octubre de 1811 se había firmado un convenio entre Buenos Aires y Asunción, merced a los buenos oficios de Belgrano y Vicente Echeverría. El acuerdo estipulaba que Paraguay se gobernaría con total independencia de Buenos Aires hasta la reunión de un Congreso. Esta intendencia no causaba ninguna preocupación al Triunvirato.

Alto Perú: después de la derrota de Huaqui (20 de junio de 1811), el Alto Perú quedó bajo las órdenes del Virrey de Lima, Fernando de Abascal. A principios de 1812, la situación era extremadamente grave para la Intendencia de Salta del Tucumán, debido a la inminencia de una invasión de las tropas de Goyeneche.

Montevideo: el 20 de octubre de 1811 se había firmado un Tratado de Paz entre el ejército de Buenos Aires y el Virrey Francisco de Elío. Pero la situación era grave debido a la invasión portuguesa al territorio de la Banda Oriental.

Europa: a mediados de 1812, Napoleón seguía sin poder dominar España e inició su campaña contra Rusia. Este emprendimiento resultó fatal para sus ambiciones y cambiaría la perspectiva política del viejo continente, aunque sus efectos repercutieron también en América.

Buenos Aires: el antiguo Alcalde de Primer Voto y héroe de la defensa de la ciudad durante las invasiones inglesas, Martín de Álzaga, tramó una conspiración con el objeto de derrocar a las autoridades de Buenos Aires. Ante ello, el Triunvirato decidió proceder a la captura de los implicados. Álzaga fue tomado prisionero y fue condenado por un tribunal especial

 
 

Los triunviros fueron acusados de despotismo por haber disuelto la Junta Conservadora, por no haber convocado a un Congreso, por la violenta represión contra Álzaga y por haber abandonado al ejército del Norte. Recordemos que el Triunvirato ordenó al jefe militar que abandone posiciones y contra todo lo previsto Belgrano triunfó en Tucumán, debido a su firmeza para desobedecer al Triunvirato.
De acuerdo al Estatuto Provisional, en octubre debía efectuarse la elección para llenar la vacante que dejaba el triunviro que cesaba en el cargo. El candidato de Rivadavia era Pedro Medrano y el de la Logia Lautaro, Bernardo de Monteagudo.
La Asamblea se reunió y designó a Medrano. Los opositores resolvieron recurrir a las armas: al amanecer del 8 de octubre, los granaderos de San Martín, el regimiento de artillería de Manuel Pinto y batallones de infantería de Antonio Ortiz de Ocampo, ocuparon la Plaza de la Victoria en actitud revolucionaria. Con el apoyo de estas tropas se reunió el Cabildo Abierto que exigió:

La sustitución del Primer Triunvirato por el Dr. Juan José Paso, Don Nicolás Rodríguez Peña y el Dr. Antonio Alvarez Jonte.

La convocatoria del Congreso General Constituyente: que finalmente fue convocada el 24 de octubre por los miembros del Segundo Triunvirato.

 
 

El 9 del corriente ha llegado a este puerto la fragata inglesa "Jorge Canning", procedente de Londres en 50 días de navegación: comunica la disolución de ejercito de Galicia, y el estado terrible de anarquía en que se halla Cádiz dividido en mil partidos... La última prueba de su triste estado son las emigraciones frecuentes a Inglaterra, y aún más a la América Septentrional. A este puerto han llegado, entre otros particulares que conducía la fragata inglesa, el teniente coronel de caballería don José de San Martín, primer ayudante de campo del general en jefe del ejercito de la Isla Marqués de Compigny; el capitán de infantería don Francisco Vera; el alférez de navío don José Zapiola; el capitán de milicias don Francisco Chilavert; el alférez de carabineros reales don Carlos Alvear y Balbastro; el subteniente de infantería don Antonio Arellano y el primer teniente de guardia valonas barón de Holembert. Estos individuos han venido a ofrecer sus servicios al gobierno, y han sido recibidos con la consideración que merecen por los sentimientos que protestan en obsequio de los intereses de la patria".

La Gazeta de Buenos Aires, viernes 10 de marzo de 1812, número 28, p. 112

 
 

3 de marzo de 1812. La situación presente, como el orden y consecuencia de principios a que estamos ligados, exige por nuestra parte en materias de la primera entidad del Estado que nos conduzcamos con la mayor circunspección y medida; por esto es que la demostración con que Vuestra Señoría inflamó a las tropas de su mando enarbolando la bandera blanca y celeste, es a los ojos de este gobierno de una influencia capaz de destruir los fundamentos con que se justifican nuestras operaciones y las protestas que hemos anunciado con tanta repetición, y que en nuestras comunicaciones exteriores constituyen las principales máximas políticas que hemos adoptado. Con presencia de esto y de todo lo demás que se tiene presente en este grave asunto, ha dispuesto este gobierno, que sujetando Vuestra Señoría sus conceptos a las miras que reglan determinaciones con que él se conduce, haga pasar como un rasgo de entusiasmo el enarbolamiento de la bandera blanca y celeste, ocultándola disimuladamente y sustituyéndola con la que se le envía, que es la que hasta ahora se usa en esta fortaleza y que hace el centro del Estado; procurando en adelante no prevenir las deliberaciones del gobierno en materia de tanta importancia...

Archivo General de la Nación. La Bandera, cit. P. 11-12

 
 

El 9 de marzo de 1812, procedentes de Londres, llegó a Buenos Aires un grupo de americanos que habían actuado como oficiales en los ejércitos españoles y que, en distintos momentos, estuvieron vinculados con las logias masónicas. Estos hombres vivieron en España las luchas ideológicas que la sacudían, compartiendo con otros americanos las ansias de una América libre del régimen colonial.
Entre los recién llegados, el de mayor graduación y de ideas más claras era el teniente coronel José de San Martín. En su estadía europea se vinculó con las logias españolas y con los masones ingleses, siendo él mismo un iniciado masón. Esta experiencia le hizo comprender que la única manera de lograr la emancipación de Sudamérica consistía en lograr unidad política y fuerza militar en el plano interno. Junto con San Martín llegaron los alféreces José Matías Zapiola, y Carlos María de Alvear.
Rápidamente, los tres percibieron las deficiencias políticas, la falta de poder y la mezquindad del gobierno y crearon un nuevo grupo de presión política: la Logia Lautaro. Este grupo tuvo una notable influencia sobre la marcha de los acontecimientos de los años subsiguientes.
Era una organización política creada con el objeto de intervenir en los negocios públicos, aunque sus reglamentos, miembros y finalidades se mantuvieron en secreto, tal como se estilaba en algunos países europeos.
Al llegar a algún cargo público, ningún miembro podía tomar decisiones de importancia sin el consentimiento de la Logia.
Sin embargo, en poco tiempo sus miembros comenzaron a tener diferencias entre sí y se produjo un distanciamiento entre José de San Martín y Carlos de Alvear.

 
 

El nombre proviene de un cacique indio que en el siglo XVI, incitó a su pueblo a luchar contra los opresores. Alonso de Ercilla canta su historia en La Araucana. El hombres del cacique Lautaro matarón al gobernador de Chile Pedro de Valdivia en 1541.  La adopción del nombre de un cacique indígena de Chile ilustra que la visión de América de los integrantes porteños de la Logia era continental y trascendía la etapa que iniciada con la Conquista.

 
 
       

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