Organización económica

Por costumbres ancestrales los guaraníes cultivaban diversos vegetales como el maíz, la batata, la mandioca, la yerba mate y el algodón, además de ser cazadores y pescadores.


Economía Jesuita

Los padres jesuitas implementaron un sistema económico agrícola que fue rápidamente asimilado por los aborígenes. Esta importante agricultura fue complementada con la ganadería que suministró a los aborígenes carne, leche y cuero.

Se logró que cada reducción formara una unidad económica independiente. Como no se tenía moneda de metal se funcionaba sobre la base de una economía de trueque y como tenían multitud de posesiones comunales, se favorecía un intenso tráfico comercial entre las reducciones promoviendo una integración económica, social y política con sede central en Candelaria.

El régimen de propiedad era mixto, aceptando la propiedad individual privada y la propiedad colectiva. La propiedad individual privada o avamba´e, permitía que cada jefe de familia dispusiera de una chacra con la extensión necesaria para sembrar en ella todo el cultivo indispensable para el sustento anual familiar. La propiedad colectiva o “tierra de Dios” (tupambaé, de tupa, ‘dios’, y mbae, ‘dueño’) se utilizaba para el cultivo de algodón, trigo y legumbres. Generalmente existían dos campos en los que se trabajaba comunitariamente.

Cada reducción se especializaba en unos oficios, trabajando el hierro y la plata, carpintería, cocina-panadería, chapado en oro, vajillas, telas, elaboración de sombreros o instrumentos musicales. Desde allí se promoverían excelente escultura, pintura y música barrocas guaraníes.

Las misiones jesuíticas guaraníes aventajaron en casi trescientos años al derecho del trabajo contemporáneo. Fijaron la jornada laboral en seis horas diarias lo que permitía que los indios contaran con tiempo suficiente como para su realización de otras actividades, entre las que se destacaron las obras religiosas.

Economica Jesuita

El capítulo más importante del comercio de los guaraníes de las misiones era la exportación de yerba mate, y una cédula real permitía a cada aldea vender cuatrocientas arrobas, unos cuatro mil seiscientos kilos, al año.

El comercio

El capítulo más importante del comercio de los guaraníes de las misiones era la exportación de yerba mate, y una cédula real permitía a cada aldea vender cuatrocientas arrobas, unos cuatro mil seiscientos kilos, al año.

También se exportaba el excedente de la producción de cada aldea en tela de algodón y tabaco. Los indios de las reducciones, provistos de permisos especiales, descendían por el río con sus productos, y mientras permanecían en Santa Fe o en Buenos Aires, sus tierras eran cultivadas por la comunidad. 

El tributo anual al rey y los artículos que las aldeas necesitaban se pagaban con estas exportaciones. Las mercancías necesarias en las aldeas eran herramientas, pinturas, aceite, sal, seda, oro, vino de consagrar y cera para las ceremonias religiosas. 

Los guaraníes no usaban dinero, su comercio se basaba en el trueque. 

No tenían criados, ni mercados. Las familias comían generalmente reunidas en sus hogares. La ración de carne se distribuía a cada familia desde un depósito central y se aumentaba con frutas y legumbres cultivadas o recogidas en la selva. Las comidas públicas se reservaban para ocasiones especiales, y únicamente los hombres asistían a ellas. En tales casos la minuta era más refinada que de costumbre, pero un indio de prestigio presidía cada mesa para velar por el decoro.