Lavalle busca la paz

Lavalle comenzó por pensar que para allanar las dificultades y lograr una cesación de lucha debía ceder él mismo a fin de consolidar un gobierno de paz y concordia. 

El plan de Lavalle

Lavalle elaboró un plan el cual sometió a juicio del Consejo de gobierno y que contenía las siguientes proposiciones:

a) el general Lavalle delegará el mando provisional en la persona del general José Tomás Guido;
b) el gobierno delegado convocará a la legislatura de la provincia luego que se halle completamente tranquila;
c) Juan Manuel de Rosas alejará a los indios de la nueva línea de fronteras y disolverá las concentraciones existentes en la campaña entregando todo su armamento al gobierno delegado, el cual tomará sobre este individuo las medidas convenientes a la tranquilidad pública;
d) el general Lavalle saldría del país por dos años, etcétera.

Sus colaboradores rechazaron el plan pacificador y Lavalle tuvo que orientarse por otros caminos para llegar al objetivo, prestando oídos a las insinuaciones que le hacían llegar. Rosas y López.

La paz con los enemigos a quienes combatía significaba forzosamente transacción, abandono de la lucha y organización del país a base de concesiones mutuas.

Rosas y Lopez

En mayo de 1829, en el puente de Márquez, las milicias de Lavalle fueron dispersadas por los montoneros del caudillo santafesino Estanislao López y las milicias de Juan Manuel de Rosas. A partir de esa batalla a situación política dio un vuelco: los unitarios iniciaron su retirada de Buenos Aires y ante una situación tan difícil, Lavalle buscó la ayuda de Rosas, porque sus familias eran amigas. En junio se firmó el Pacto de Cañuelas

Negociaciones y éxodo

Se iniciaron conversaciones y negociaciones con todo sigilo, pero algo trascendió del secreto inicial. Los unitarios activos en la ciudad y que sostenían desde ella la política más extrema contra los federales, forzando a Lavalle a hacerse intérprete de la misma, cuando trascendieron los rumores pacificadores fueron abandonando el poder y comenzaron a emigrar siendo uno de los más violentos enemigos de la pacificación a base de transacciones fue Julián Segundo de Agüero, el 30 de abril comunicó a Díaz Velez y a Lavalle su decisión de salir del país al saber que "algunos hombres trabajan activamente en lo que ellos llaman una transacción con los vándalos que desolan nuestro país". 

A Lavalle le decía: "Yo no debo disimular a usted que aquí nada se hace, y que se cuenta con que es preciso que todo lo haga usted y su ejército: de nada se ocupan sino de chismes y de murmurar unos a otros"

En una carta de Eduardo Troté a Lavalle le informaba que en dos días habían emigrado más de 600 personas, entre ellas muchas significadas e importantes, y otras tenían que ser contenidas por los amigos fieles.

Rivadavia partió primero para la Banda Oriental y luego para Europa junto con Agüero, pero la emigración de Rivadavia era comprensible y lógica, pues no participaba en el movimiento ni tenía ninguna confianza en él; sin embargo el mismo día de su partida pidieron sus pasaportes los generales Fernández de la Cruz, Soler y Álvarez Thomas.

Lavalle se fue quedando solo, y carecía de toda noticia sobre lo que ocurría en Córdoba y sobre la actitud de su amigo el general José María Paz.

Unitarios Exiliados

Luego de la perdida del Puente de Marquez, muchos de los Unitarios de Buenos Aires que apoyaron a Lavalle en el golpe del 1º de diciembrte de 1828 , comenzaron con un exilio, siendo uno de los primeros el expresidente Rivadavia

Sugerencia de López

A las sugestiones de Estanislao López después de Puente de Márquez, respondió el 4 de mayo, que no podía ni quería oír proposiciones de paz del gobernador de Santa Fe mientras fuerzas armadas suyas se hallasen en territorio de la provincia de Buenos Aires; que desconocía en López cualquier carácter nacional, facultades que le había otorgado la Convención nacional de Santa Fe.

Volvió a insistir López por medio de Domingo de Oro y se realizaron negociaciones en Buenos Aires con Díaz Vélez y Salvador María del Carril; pero las bases de arreglo que había elaborado este último no fueron admitidas por el gobernador santafesino, no obstante, lo cual abandonó el territorio de la provincia de Buenos Aires.