La misión de Manuel García

Con el objeto de finalizar  cuanto antes la guerra, el presidente Rivadavia resolvió enviar a Río de Janeiro al doctor Manuel José García, un factor que motivó a Rivadavia a tomar esta decisión fue el consejo emitido por el ministro inglés en Río de Janeiro Robert Gordon a John Ponsonby y al ministro de las Provincias Unidas Francisco Fernández de la Cruz respecto de que el emperador Pedro I estaría dispuesto a negociar la independencia de la Banda Oriental. 

Misión y problemas internos

Ante la hostilidad de los caudillos de las provincias, que se negaban a proporcionar contingentes para la guerra con el Brasil, Rivadavia no vio otro camino que el de poner fin a la guerra. 

Con tal objeto envió al doctor Manuel José García como comisionado a Río de Janeiro. Este debía ponerse en comunicación con el ministro inglés Gordon, por cuyo intermedio debía obtener la seguridad de tratar la paz; si el emperador no quería recibirlo, regresaría de inmediato a Buenos Aires, pero si se avenía a tratar la paz las instrucciones al comisionado decian los siguiente :

"El señor García queda plenamente autorizado para ajustar y concluir cualquier convención preliminar o tratado que tienda a la cesación de la guerra y al restablecimiento de la paz entre la República y el Imperio del Brasil en términos honorables ... y que tenga por base la devolución de la Provincia Oriental o la creación y reconocimiento de dicho territorio en un Estado separado, libre e independiente"...

Llegó el comisionado a Río de Janeiro y se informó que el Imperio estaba decidido a continuar la guerra hasta obtener la anexión de la Banda Oriental. Sus esfuerzos resultaron estériles y con el deseo de evitar mayores males al propio país, firmó el 24 de mayo de 1827 la convención preliminar por la cual la República Argentina renunciaba a los derechos que podría pretender al territorio de la provincia de Montevideo, llamada Cisplatina; retiraba sus tropas del territorio cisplatino después de ratificada la convención; la isla Martín García permanecería desarmada y, dado que la República Argentina había empleado corsarios, pagaría el valor de las presas hechas. También se estipulaba la liberación de los prisioneros y la garantía de la libre navegación del río de la Plata.

Esa convención fue dada a conocer al Congreso el 25 de junio, con la asistencia del gobierno en pleno, en sesión secreta. La conducta del comisionado fue desaprobada por haber ultrapasado sus instrucciones. El propio Rivadavia calificó la convención como "la sentencia de nuestra ignominia y la señal de nuestra degradación".

Manuel José García

García llegó en mayo de 1827 a Río de Janeiro y comenzó sus reuniones con el intermediario británico y los ministros plenipotenciarios brasileños.69​ Apenas iniciadas las gestiones, García se encontró con una gran intransigencia por parte de los ministros brasileros con respecto a no renunciar a la Provincia Cisplatina: el Emperador, consternado por la victoria rioplatense de Ituzaingó y temiendo por la estabilidad de su imperio en esas circunstancias, había jurado ante el Senado brasileño no tratar la paz ante las Provincias Unidas y continuar la guerra hasta obligarlas a aceptar su soberanía sobre la Provincia Cisplatina;70​ seguramente Pedro I especulaba también con la debilidad de la Provincias Unidas

El negociador inglés John Ponsonby

Finalmente, el diplomático inglés lord John Ponsonby le envió a Manuel José García, comisionado extraordinario ante la corte de Londres, un memorando de las bases generales para una conversación de paz entre su majestad imperial y las Provincias Unidas del Plata.

Desde mayo se encontraba en la Banda Oriental, en una misión como ministro plenipotenciario en las Provincias Unidas y como mediador entre Buenos Aires y Rio de Janeiro. Gran Bretaña se mostró así interesada en resolver pacíficamente la crisis, y su enviado estuvo siempre convencido de que la manera de conseguirlo era la independencia de la Banda Oriental.

El gobierno del presidente Bernardino Rivadavia había sido conciliador pero el Imperio de Pedro I se mostró intransigente y su ministro de Relaciones Exteriores había rechazado dos propuestas. La primera había sido barajada por los enviados del gobierno de Rivadavia y consistía en el retorno del territorio oriental a las Provincias Unidas contra indemnización, y la segunda era la constitución de la Banda Oriental en un Estado independiente, a propuesta del gobierno británico.

En su lugar, el ministro brasileño Inhambupé propuso que las Provincias Unidas reconocieran la incorporación del llamado Estado Cisplatino al Brasil como provincia del Imperio. 

En compensación. Montevideo sería declarado puerto libre para todas las naciones y de abrigo para los buques de las Provincias Unidas, sin pagar derechos.

Sin haber conseguido un acuerdo, el 20 de septiembre lord Ponsonby tuvo su primera entrevista con el presidente Rivadavia y le desaconsejó embarcarse en una guerra.

Tras importantes gestiones, a principios de octubre, el británico redactó un memorando que indicaba:

a) La independencia de la Banda Oriental;
b) El compromiso del Imperio de Brasil y del gobierno de Buenos Aires de no intervenir en el territorio oriental ni estorbar la intervención de otra potencia;
c) El desmantelamiento de las fortificaciones de Montevideo yColonia;
d) El retiro de las fuerzas brasileñas y de las Provincias Unidas del territorio oriental luego de la demolición de las fortificaciones de Montevideo y Colonia;
e) La garantía del convenio por el término de años;
f) El cese de hostilidades por mar y tierra.


John Ponsonby

John Ponsonby en 1826 viajó como Ministro Plenipotenciario del Reino Unido al Río de la Plata durante la Guerra de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio del Brasil. Actuó en la intermediación entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio de Brasil, proponiendo como solución definitiva la independencia de la Provincia Oriental, creándose a través de la Convención Preliminar de Paz el Estado Oriental del Uruguay. Fue determinante para el derrocamiento y posterior fusilamiento de Manuel Dorrego.