Colonia arrasada

En 1777, Carlos III de España envió una Segunda expedición de Cevallos a Río Grande, ya como Cevallos, en su carácter de virrey del recientemente creado Virreinato del Río de la Plata, que estaba compuesta por más de 80 buques y 9.000 hombres, entre ellos el Regimiento de Saboya al mando del teniente coronel Antonio Olaguer Feliú, y que ocupó definitivamente Colonia, conquista que fue refrendada mediante el tratado de San Ildefonso, firmado ese mismo año, por el que la frontera hispano-portuguesa se fijaba en el Río Negro, quedando España en poder de la mitad sur del actual Uruguay. Cevallos fundó con portugueses de las Islas Azores la ciudad de San Carlos en Maldonado.

Definitiva ocupación de Colonia de Sacramento por España


Después de la capitulación de Colonia, Cevallos marchó sobre Río Grande, y habiendo rendido en la frontera los fuertes de Santa Teresa y San Miguel, el 12 de mayo de 1763 tomó la villa de San Pedro; pero la Paz de Versalles interrumpió sus campañas. 

A principios de 1777, Cevallos partió con una flota de 19 navíos principales y 100 menores, 12 mil hombres y 666 cañones, para atacar las posiciones portuguesas en la isla de Santa Catalina y el sur de Brasil. 

La escuadra portuguesa al mando de MacDougall, contando con veinticinco navíos, se refugió en Río de Janeiro. El 20 de febrero de 1777 Cevallos tomó Santa Catalina y el 28 de marzo partió para desembarcar en Castillos y de allí pasar al fuerte de Santa Teresa (actual frontera de Uruguay con Brasil). Una fuerte tempestad dispersó los barcos, por lo que se vio obligado a dirigirse primero a Maldonado y después a Montevideo. Desde allí partió el 20 de mayo para atacar nuevamente a Colonia, desembarcando en el Arroyo de Molinos, a una legua de la plaza, el 30 de ese mes. Al frente de unos siete mil hombres conminó a rendirse al jefe de Colonia, que era el coronel Francisco José de Rocha. Los portugueses rindieron la plaza, y, bajado el puente levadizo, salieron de la misma sus defensores entre dos filas de soldados españoles, formados con banderas desplegadas y tambor batiente. 

Los setecientos prisioneros fueron enviados a Buenos Aires y luego se demolió la plaza. Cevallos hizo volar la muralla y sus baluartes con minas, también demolió las casas, dejando en pie sólo las necesarias para poder alojar un destacamento, la iglesia parroquial, la capilla de los franciscanos y la de Nuestra Señora del Carmen. Luego cegó el puerto con varias sumacas cargadas de piedras, y todos los cañones y municiones fueron enviados a Buenos Aires. 

Una vez arrasada la Colonia del Sacramento, Cevallos regresó a Montevideo, y en septiembre del mismo año marchó al fuerte de Santa Teresa, para avanzar sobre Río Grande, más allí recibió órdenes de detener la ofensiva, pues se había concretado la paz entre España y Portugal. Cuando los portugueses al mando del general Lecor entraron en la Banda Oriental, en 1817, Colonia fue ocupada por los lusitanos durante varios años.

Cevallos

Pedro de Cevallos