Este
barrio guarda toda la historia de la ciudad y del país que se puede
observar fácilmente a la luz de sus edificios y plazas casi todos
ellos hoy declarados Monumentos Históricos. Fue desde sus orígenes
un barrio español, cuyos inmigrantes se asentaron especialmente
en la Av. De Mayo y también en las avenidas Belgrano y Rivadavia.
Las
fiestas de La Reconquista y La Defensa de la ciudad, del 1806 y
1807, fueron celebradas en la Plaza mayor, luego llamada Plaza de
la Victoria, hasta que en 1810 fuera escenarios de la Revolución
de Mayo.
En
1811 se levantó la Pirámide de Mayo, primer monumento histórico
de Buenos Aires, un año más tarde también declarada Monumento Histórico
Nacional, es un obelisco pequeño de 13 metros de altura en cuyo
tope le fue agregado en 1856, la Estatua de la Libertad.
En
su Plaza fue donde se juró la independencia el 13 de Noviembre de
1816 y la Constitución Nacional en 1860. Adornan este lugar "las
descendientes" del primer criadero de palomas de Don Benito
Costoya, que logró reunir 5.000 ejemplares, que engalanaron la Plaza,
en 1934, con motivos del Congreso Eucarístico Nacional pintadas
de amarillo y blanco. |
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Antigua
recova y primer teatro Colón |
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Av
de Mayo en 1910 |
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Av
de Mayo en 1920 |
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Plaza
de Mayo a principios de siglo |
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Av
Yrigoyern y Balcarce en 1935 |
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Fue la Plaza Mayor del trazado de la 2a fundación
de Buenos Aires. Su actual superficie es el doble de la original.
En 1804 la Recova Vieja la cruzaba en línea recta de calle
a calle, en forma paralela al río, a la altura de la actual
Pirámide. La porción cercana a la Casa Rosada se llamaba
plaza del Fuerte y la cercana al Cabildo plaza de la Victoria, en
homenaje al triunfo de las fuerzas de la Reconquista durante la
2a invasión inglesa. Desde aquí partía el Camino
Real hacia el oeste (actual calle Rivadavia) y la calle Real del
puerto (hoy Defensa) hacia el sur.
Esta plaza mayor cumplía una doble función: como plaza
medieval servía de mercado a la población (con la
recova vieja y más tarde la lateral, con una numerosa concentración
de vendedores ambulantes) y como plaza renacentista revestía
carácter cívico, al reunir los edificios públicos
más significativos, como el fuerte, el cabildo y la iglesia,
uso que marcó su carácter definitivo.
Las
ideas renovadoras del urbanismo neoclásico llegaron a Buenos
Aires en la década de 1880, estimuladas por Torcuato de Alvear,
su primer intendente. Ellas fueron reflejo de las grandes transformaciones
de París, del trazado de la ciudad de Washington y también
de La Plata. En 1883 se demolió la recova vieja y se unificaron
las dos plazas, con obra del Arc. Juan Buschiazzo, quien trasladó
la Pirámide a su actual ubicación. Alrededor de 1900,
la plaza fue parquizada por Carlos Thays. En 1889 se aprobó
la apertura de la Av. de Mayo, dando lugar a la concepción
monumentalista que une a la Casa de Gobierno con el Congreso de
la Nación, como dos centros focales. El trazado de las diagonales
Norte y Sur (hacia 1920) refuerza la idea, con la multiplicación
de perspectivas.
Su
enorme importancia simbólica la ubica como lugar de reuniones
políticas de distintos matices. Desde los episodios que culminaron
en la Revolución de Mayo de 1810 (emancipación de
España) que le dieron su nombre, fue el escenario de las
grandes concentraciones populares. Aquí se manifiesta la
adhesión a los gobiernos, los festejos nacionales o duras
y hasta violentas jornadas de protesta o revolución. Este
ámbito, con una común imagen de ajetreo urbano, fue
bombardeado en etapas de enfrentamiento entre argentinos, poro también
recibe la alegría de miles de personas cubiertas con banderas,
pancartas, y la música de sus cantos cuando un motivo los
reúne para festejar. En sus días normales, el ritmo
agitado de la ciudad no altera la presencia calma y el vuelo de
sus palomas,
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