Biografias de Argentina
 
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Juan de Dios Filiberto  
   

Compositor y Director de Orquesta, fue un hábil intérprete de piano, guitarra, violín y armonio, instrumento este último en el cual creara gran parte de su repertorio. Filiberto fue y será una de las figuras más preponderantes del tango, autor de obras como "Quejas de bandoneón", "Caminito", "Cuando llora la milonga", "El pañuelito", "Malevaje", "Clavel del aire", y tantas otras que engrandecieron la "Canción Porteña".

En pleno barrio de La Boca, al 200 de la calle Necochea, el 8 de mayo de 1885 nace Juan de Dios Filiberto. Fue el mayor de ocho hermanos, de abuelos sicilianos, desde pequeño debió colaborar con el sustento familiar desempeñándose en variadísimos oficios; fue estibador y oficial de panadería, albañil, mecánico y vendedor ambulante, lustrabotas y calderero en la compañía naviera Mihanovich.

El propio Filiberto solía contar que su vocación por la música comenzó a sus seis años cuando el padre lo llevó de viaje a Lobos donde, juntos, escucharon unos tangos en "La Estrella", el legendario local donde se decía que fue asesinado Juan Moreira; su tío, Santiago, tocaba ahí el organito y, de tanto en tanto, lo dejaba dar unas vueltas a la manivela.

Juan de Dios Filiberto

Vinculado a grupos de filiación anarquista, fue uno de los organizadores de las huelgas de astilleros de 1907. De esa época, se cuenta de él una historia formidable: una noche, en los amarraderos del Riachuelo, se cruzó con un navegante inglés que llevaba una guitarra; para mostrarle a sus amigos cómo había progresado con el instrumento, se la pidió prestada y en un inesperado impulso salió corriendo con ella. Fue su primera y adorada guitarra; con esa viola escamoteada hizo sus más tempranas apariciones públicas en el corso de La Boca y asistió con ella a las clases de solfeo de Celestino Piaggio.

Más tarde entró al conservatorio -para esa época sus compañeros de aventuras lo habían bautizado "el Mozart" de La Boca- y aprendió violín y piano. Terminados los estudios formó de inmediato su primera orquesta Orfeón, los del futuro, que en el nombre llevaba todavía el espíritu de los años anarquistas.

En 1915, por recomendación médica, se trasladó una temporada a Mendoza y ahí compuso, en estilo campero, su primer tango, Guaymallén. De regreso a Buenos Aires siguió componiendo, Cura segura, De mi tierra y Quejas de bandoneón, este último celebrado como su mejor tango, son de esa época. Pero sin duda su composición más conocida fue Caminito; con versos de Gabino Coria Peñaloza, comparte con La cumparsita el ser uno de los tangos de mayor éxito mundial. Ha inmortalizado la calle Caminito del barrio de la ribera, pero sin embargo, como se sabe, los versos de Peñaloza estuvieron inspirados en un sendero de Olta, provincia de La Rioja.

De espíritu siempre renovador Filiberto, en 1932, creó una nueva modalidad orquestal que llamó orquesta porteña y que integró con clarinetes y flautas. Con esa orquesta dio recitales en el Café Tortoni, en el teatro Cómico, animó la temporada marplatense de 1933 y participó en la película Tango, de Carlos de la Púa y Luis Moglia Barth.

En 1938, por resolución del Concejo Deliberante, se creó la Orquesta Popular Municipal de Arte Folklórico, y al año siguiente se lo designó director. Diez años después, en 1948, Perón dispuso la creación de la Orquesta de Música Popular y designó a Juan de Dios Filiberto para estar al frente de ella. Entre sus más grandes éxitos hay que mencionar: El pañuelito, Clavel del aire, Cuando llora la milonga, Yo te bendigo, La vuelta de Rocha y Malevaje, con letra de Enrique Santos Discépolo.

Filiberto murió el 11 de noviembre de 1964 en su casa de la calle Magallanes al 1000 cuyo frente había decorado su amigo de siempre, don Benito Quinquela Martín.

 
 
       

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