Antecedentes

La Argentina tenía problemas de límites con el Paraguay desde la revolución de mayo de 1810; el gobierno de Buenos Aires reclamaba la margen izquierda del río Paraná y el territorio de la margen derecha del río Paraguay. Por su parte, el gobierno de Asunción reivindicaba lo que hoy son las provincias del Chaco y Formosa y la parte noroeste de la provincia de Corrientes.

El doctor Francia rigió de modo absoluto los destinos del Paraguay desde 1814 a 1840; en todo ese tiempo no hubo ninguna negociación sobre límites.

Pero Carlos Antonio López, su sucesor, presidente desde 1844 a 1862, aunque en el orden interno mantuvo una estructura similar a la del tirano, procuró abrir las puertas al comercio exterior y al mismo, tiempo organizó un fuerte ejército para la defensa del país y para gravitar con él en las reivindicaciones fronterizas posibles. Se estableció el servicio militar obligatorio, se buscó para ello el concurso de instructores extranjeros y se contrató a ingenieros para montar fábricas militares, como la fundición de hierro de Ibicuy, que se distinguió en la producción de cañones bajo la dirección de Guillermo Godwin, a quien sustituyó luego John W. Whitehead. 

Fortificó las costas, organizó una escuadra y trató de hacer de Humaitá un baluarte estratégico inexpugnable. 

En 1856 se inauguró el primer trayecto ferroviario; los rieles eran importados, pero los coches fueron construidos en el país. También inició una línea telegráfica que bordeaba el río Paraguay en dirección al campamento de Paso de la Patria.

Por su distancia del mar abierto, el comercio internacional era muy reducido y Carlos Antonio López se esforzó por acrecentarlo; echó mano a los propios recursos del país para abastecerse y construyó barcos para el servicio hasta el río de la Plata; el 2 de julio de 1856 fue botado el Yporá, barco a vapor con casco de acero; le siguieron el Salto del Guairá, el Río Apa, el Jejui y otros. 

José Gaspar Rodríguez de Francia

José Gaspar Rodríguez de Francia también conocido como el doctor Francia o para los paraguayos de su época como Karaí Guazú, es considerado el ideólogo y principal dirigente político que llevó adelante el proceso de independencia de Paraguay respecto de las Provincias Unidas del Río de la Plata, del Imperio de Brasil y de la corona española.Goberno el pais desde 1814 hasta su muerte en 1840 durante su gobierno se fomentó la ganadería a través de las haciendas del Estado o "Estancias de la Patria". Tal fue el éxito que se exportaron caballos a Entre Ríos, cuando históricamente se importaban de dicha provincia. La abundancia de ganado fue tal que se llegó a sacrificar animales por falta de pasturas o se regaló el excedente a los pobres.

El comercio internacional fue multiplicándose; las exportaciones, que ascendían a 341.000 pesos en 1851, eran 1.700.000 en 1857, 1.205.000 en 1858, y las importaciones aumentaron en el mismo período de 230.000 pesos a 1.539.000. Con la libre navegación de los ríos que marcó la victoria de Urquiza en Caseros, el puerto de Asunción fue muy visitado; en 1852 el movimiento portuario no pasó de 120 goletas de 40 a 80 toneladas; en 1861 entraron en el puerto 403 barcos.

Por diversos motivos se intensificó una campaña de hostigamiento periodístico contra el régimen paraguayo desde Buenos Aires. 

La política brasileña y la de la Confederación respecto del gobierno de Asunción entraban como elementos motores de esa actitud.

En junio de 1857 publicó El Orden de Buenos Aires, que dirigía Luis L. Domínguez, una serie de ataques contra el Paraguay de López. 

Sarmiento se hizo eco de esa actitud en El Nacional. Algunos emigrados y desterrados paraguayos intervinieron para echar leña al fuego. Francisco Bilbao llegó a pedir la guerra contra el Paraguay "para atacar el poder bárbaro de un hombre que imposibilita la regeneración de su pueblo"

En ese ambiente los emigrados constituyeron la Sociedad libertadora del Paraguay y fundaron periódicos para fomentar la campaña, pero no hubo unanimidad en el hostigamiento. Nicolás A. Calvo, en su periódico La Reforma Pacifica, respondió a El Orden.

Carlos Antonio López

Carlos Antonio López está considerado como el padre de la primera modernidad (1840-1870), el que procuró acercar al Paraguay a los bienes de la cultura universal sin descuidar por ello el ejercicio de la soberanía. Su gobierno se destacó por las varias reformas que contribuyeron al progreso del país en los aspectos políticos, económicos y sobre todo culturales. Alentó la constitución de las familias sobre la base del matrimonio dándoles propiedades, criaderos de ganado y herramientas. Así mismo, desarrolló la ganadería y la agricultura. En cuanto a la industria, se basó en la explotación de minerales, de yerba mate, de madera, la fundición de hierro, la producción de pólvora y sal.

Coincidía esa campaña antiparaguaya desde Buenos Aires con la presión del Brasil para eludir la fiscalización de las naves brasileñas por las autoridades del Paraguay; después de fracasar en sus exigencias algunos comisionados, fue enviado a Asunción José María da Silva Paranhos, vizconde de Rio Branco, el cual se puso de acuerdo previamente con el gobierno de la Confederación a fines de 1857. 

Ese acuerdo fue combatido por Mitre en Los Debates: 

"No está en interés de las Repúblicas del Plata auxiliar al Brasil en su política invasora del territorio ajeno, traicionando la causa de la República del Paraguay, nuestro antemural contra las pretensiones exageradas del Brasil, y sería también traicionar nuestra propia causa, cuando más adelante pueden surgir cuestiones entre el Brasil y la República Argentina". 

Sostenía también Mitre que aun conservando la neutralidad, no debía permitirse el paso de la escuadra brasileña en caso de una guerra entre el Brasil y Paraguay. Paranhos llegó a un acuerdo en enero de 1858 con Carlos Antonio López y anuló los reglamentos fluviales objetados por el Brasil, pero desde entonces se aceleraron los preparativos militares del Paraguay.

Sucedieron luego los incidentes de la disolución de la colonia Nueva Burdeos de inmigrantes franceses, que motivó reclamaciones del gobierno de Napoleón III, y la presencia en el río de la Plata de la escuadra de los Estados Unidos, que se dirigía a Asunción para exigir reparaciones e indemnizaciones y garantías por incidentes como el de Hopkins, el del Water Wich y el de Fitzpatrick. Urquiza se apresuró a mediar para llegar a un acuerdo y López aceptó el pago de 250.000 dólares después de violentas controversias.

Francisco Solano López

Francisco Solano López fue el segundo presidente constitucional de la República del Paraguay entre 1862 y 1870. Se desempeñó como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, presidente y jefe supremo de la nación paraguaya durante la Guerra de la Triple Alianza. Sucedió como presidente a su padre Carlos Antonio López, electo por el Congreso Nacional como presidente de la República por un período de diez años.

Sucedió a Carlos Antonio López su hijo Francisco Solano López, en setiembre de 1862. Fue enviado por el padre a París, y Alberdi escribió en marzo de 1856 a Juan María Gutiérrez que se hallaba en la capital francesa Francisco Solano López, "mozalbete malísimo y calavera, que no promete al Paraguay más que derrotas". Ya a los 18 arios, con el grado de general, fue enviado a Corrientes con 4.500 hombres para cooperar junto al general Paz en la guerra contra Rosas; se consideraba nacido para desempeñar un gran papel histórico, como el establecimiento de un gran imperio, para lo cual gestionó el casamiento con una princesa imperial brasileña. En 1859 intervino como mediador de paz entre Urquiza y el gobierno de Buenos Aires hasta llegar al pacto de unión del 11 de noviembre. 

Su proclamación no dejó de causar inicialmente oposición en el Congreso, y hasta en el seno de su familia; varios de sus opositores pasaron a la cárcel, el diputado José María Varela, el padre Fidel Maiz y el presidente de la Corte Suprema, Pedro Lezcano; su hermano Benigno fue confinado en el interior.

Francisco Solano López intensificó los preparativos militares, instaló fábricas de equipos para el ejército, puso en funciones uña línea telegráfica entre Asunción y Paso de la Patria, hizo botar barcos a vapor, estableció depósitos de armamentos en lugares adecuados, realizó compras de materiales de guerra en el exterior.

Tenía el Paraguay litigios territoriales con el Brasil; reivindicaba sobre todo las tierras entre los ríos Apa y Blanco. La Caída de Rosas dio al Brasil la libre navegación del río Paraná, pero el gobierno de Asunción la negó en el río Paraguay; cedió en 1856, dejando para seis años después el arreglo de las cuestiones de los límites fronterizos.

Las pretensiones territoriales del Paraguay con respecto a la Argentina comprendían la faja correntino-misionera, que le daba seguridad contra una invasión por Itapuá y un contacto con el territorio brasileño de Rio Grande do Sul; el territorio en disputa del Chaco tenía menos importancia entonces por ser zona deshabitada o habitada por indios. 

Una expedición paraguaya, destinada en 1849 a la ocupación dc Misiones, llegó hasta Santo Tomé, pero fue sorprendida y dispersada por los correntinos, que rescataron el ganado que habían recogido los paraguayos en la zona. Pero desde 1845 ocupaba el Paraguay la región entre la Tranquera de Loreto y el río Aguapey, zona que le había consentido Corrientes durante la guerra contra Rosas.

Después de la batalla de Pavón, en 1861, la Argentina iba a plantear formalmente a Paraguay el arreglo de la cuestión de límites, pero surgieron diversas dificultades que retardaron la iniciación de las negociaciones y en 1863 aparecieron otros problemas que finalmente llevaron a la guerra.

Limites

Para 1864 existían problemas territoriales entre Paraguay y sus vecinos, en el mapa se ve la diferencias para antes de la guerra de la Triple Alianza