La campaña decisiva

El general Roca dispuso de un ejército de 6.000 hombres bien armados, con 820 indios amigos, 7.000 caballos, 1.290 mulas, 270 bueyes. La operación a realizar estaba perfectamente articulada en abril de 1879. 

El plan

Se avanzaría en cinco columnas desde la línea de Alsina prolongada hacia el oeste para llegar a los ríos Negro y Neuquén y ocuparlos sin dejar indios bravos detrás.

La primera división al mando directo del general Roca se componía de 1.440 hombres, distribuidos en tres regimientos de caballería, dos escuadrones de indios y dos batallones; partiría de Carhué y marcharía hacia el sur hasta Choele Choel, desde donde continuaría costeando el río Negro hacia el oeste.

La segunda división al mando del coronel Levalle, con unos 450 hombres, distribuidos en un regimiento de caballería, un escuadrón de indios y un batallón, partiría de Carhué y seguiría hacia el oeste hasta Traurú Lauquen.

La tercera división, a las órdenes del coronel Eduardo Racedo, con unos 1.300 hombres distribuidos en dos regimientos de caballería, un escuadrón de indios amigos y dos batallones, avanzaría desde Villa Mercedes y Fuerte Sarmiento para reunirse en Poitahué, al sur de Leuvucó; desde allí se destacarían contingentes para limpiar el territorio de indios hasta las márgenes del Salado o Chadilcuvú y explorar el desierto.

En la foto esta alguno de los oficiales de la Campaña del Ejercito, están Vinter , Roca , Villegas y García.

La cuarta división, a las órdenes del teniente coronel Napoleón Uriburu, se componía de un batallón, dos compañías de guardias nacionales, un regimiento de caballería, ingenieros y baqueanos. Marcharía desde San Rafael por Fuerte San Martín hacia Neuquén, estableciéndose al norte del río homónimo, pero antes debía limpiar de indios la franja entre los ríos Barrancas, Colorado y Neuquén; luego instalaría una guardia en el paso utilizado por los indios para seguir desde el oeste hacia la pampa.

La quinta división, al mando del coronel Hilario Lagos, se componía de un regimiento de caballería y un batallón; debía partir de Trenque Lauquen y seguir al oeste por el camino de Toay o Malal para detenerse allí, asegurando su retaguardia con pequeños fortines guarnecidos. Un destacamento de esa división, al mando de Godoy, saldría de Guaminí y se reincorporaría a la columna en Nanincó.

Casi todas las tropas eran de línea; el movimiento previsto cortaba a los indios la retirada hacia la cordillera, contrariamente a la de Rosas en 1833, que les dejaba libre esa vía de escape. 

Las columnas tenían aseguradas sus comunicaciones por rutas con agua y pastos, con caminos de enlace entre ellas; los indígenas no tenían otra opción que la de rendirse o sucumbir; se trataba de una operación de limpieza total, para poner término al dominio territorial de los aborígenes.