Conflicto con la iglesia católica

Una de las consecuencias de las reformas educativas, fue el aumento de la conflictividad con la Iglesia católica, que vió –en el enunciado de esta y de otras leyes- una limitación en la influencia que sostenían en áreas que consideraban propias. Se opusieron fervientemente a la exclusión de la enseñanza religiosa de los programas educativos, así como también a la creación del Registro Civil y la Ley del matrimonio civil. La gravedad del enfrentamiento incluyó la expulsión del Nuncio Apostólico y el posterior rompimiento de relaciones diplomáticas con el Vaticano.

Conflicto entre el poder civil y el eclesiástico

Hubo en la generación del 80 lucha ideológica apasionada entre el liberalismo católico y el liberalismo positivista, entre la Iglesia y el Estado; los liberales positivistas veían en la Iglesia a un enemigo del progreso; los católicos señalaban al Estado como un monstruo que quería abarcarlo todo. 

Miguel Cané describe en Juvenilia la época: "Eramos ateos en filosofía y muchos sosteníamos de buena fe las ideas de Hobbes. Las prácticas religiosas del Colegio no nos merecían siquiera el homenaje de la controversia: las aceptábamos con suprema indiferencia"... Y en su libro En viaje: "Voltaire y los enciclopedistas me parecían irrefutables, y las doctrinas materialistas no me presentaban duda alguna ... No comprendía el deísmo y no me asustaba el ateísmo"

En consecuencia, con ese estado de espíritu, proponía ya en 1876 en la legislatura de Buenos Aires: "... tenemos una nube de clérigos que se imponen a la población y que hasta cierto punto vienen a herir la susceptibilidad de la mayoría de los habitantes de la provincia de Buenos Aires que no son católicos ; propongo, señor que se establezca en el presupuesto de una manera efectiva esta enseñanza suprema de los pueblos modernos, que consiste en hacer comprender a los gobiernos que es progreso, que es adelanto y desarrollo moral todo lo que tiende a separar completamente la Iglesia del Estado".

Jose Estrada y Pedro Goyena eran dos miltantes católicos que estaban contra el retiro de la religión  en las escuelas , ellos con otros católicos miltantes crearon el partido Unión Católica pero al obtener pocos votos en las elecciones lo disolvieron y empezaron a pelear contra Roca desde las filas del Mitrismo o desde el Diario La Unión

El grupo católico respondió con vehemencia a la corriente liberal positivista. José Manuel Estrada dijo en el discurso de clausura de la Asociación Nacional de catolicos argentinos, el 30 de agosto de 1884:

"He estudiado, señores, la política de mi país, falsa en sus impulsos iniciales, y he seguido ... de lejos, con repugnancia y zozobra, su descomposición gradual y rápida, entre elecciones fraudulentas, rivalidades de oligarquías, conciliaciones efímeras, abdicaciones cobardes y explotaciones bastardas. No queda institución que no esté falseada y la Constitución es una colosal mentira y una simple irrisión. Estudio por sus síntomas la política predominante, con sus injusticias, su violencia, su soberbia, y veo en ella el imperio del apetito, es decir, el imperio del naturalismo".

Pedro Goyena, en la Cámara de diputados:

"Señor: el liberalismo Que se condena es lo que en nuestros días se entiende por tal, habiéndose tomado como etiqueta una palabra engañosa por su analogía con la libertad, y que encubre precisamente lo contrario de ella ... Muere el hombre: el cementerio no es un lugar religioso, como lo era hasta para los paganos; ahí está el enterratorio municipal: es un depósito de basura en ciertas condiciones de ornato y en ciertas condiciones de higiene. Tal es el liberalismo condenado por la Iglesia. Es una aplicación materialismo, del ateísmo, a la vida civil, a las funciones del Estado. El liberalismo, señor, es el Estado ateo, el Estado sustituyéndose a Dios; es el Estado que mata la iniciativa particular, que viola las conciencias, se sobrepone a todo y a todos".

Hubo antecedentes de esa actitud. En 1879 se produjo Córdoba un entredicho entre el obispo Castellano y el grupo liberal, que hizo que Roca diese consejos al gobernador de Córdoba, Juárez Celman: "Detrás de esa pastoral veo las orejas de muchos de esos tipos a quienes Vds. han suprimido las pichinchas, y quieren hacer atmósfera y hacerlos aparecer en entredicho con la Iglesia sublevándose contra el espíritu religioso de Córdoba. Conviene no dar pretextos a la especie y no dar importancia a las barbaridades de los ultramontanos. ¡Si es necesario, haga una novena en su casa y hágase más católico que el Papa!"

Manuel Pizarro

Manuel Pizarro organizo el Congreso Pedagógico, y puso en marcha las Escuelas de Artes y Oficios para formar operarios capacitados, el 28 de enero de 1881, para inspeccionar y mejorar la educación primaria en las provincias, creó el consejo Nacional de Educación, nombrando superintendente a Sarmiento, en septiembre  del mismo año convenció a Roca para que le escribiera al Papa León XIII proponiendo un concordato entre la Santa Sede y la República Argentina. La respuesta favorable del papa originó una grave polémica con los laicistas Sarmiento y Dardo Rocha, Sarmiento usó toda su influencia para frustrar el acuerdo con lo cual el ministro tuvo que renuncias y apoyo la designacion de un joven Eduardo Wilde.

Se reanudó la polémica en 1880; el 20 de mayo un irresponsable hirió de muerte en las calles de Buenos Aires a un sacerdote cordobés, Tomás J. Pérez; el 28 de octubre obispo de Paraná, Gelabert, fue apedreado en su coche salir de la iglesia de Concepción del Uruguay por grupo de estudiantes. 

Días antes monseñor Castellano habia prohibido a sus fieles leer los periódicos El Progreso y La Carcajada, de tono liberal; el 30 de octubre condeno igualmente la lectura de El Interior

El conflicto fue aplacado por la intervención del nuncio apostólico Mattera y por el ministro de educación y culto, Manuel D. Pizarro, a lo que siguió la presencia en el obispado de fray Mamerto Esquiú. Por un tiempo se acalló la disputa. Pero en 1881 y 1882 volvió a debatirse sobre las potestades civil y religiosa con motivo del nombramiento de profesores de teología y la redención de capellanías. Pizarro renunció al ministerio en enero de 1882 en divergencia con el partido autonomista nacional, y en su lugar fue nombrado Eduardo Wilde, liberal escéptico que alentó las ideas progresistas.

El Congreso pedagógico realizado después afianzó esas ideas. Los católicos de Buenos Aires fundaron La unión, y en 1883 monseñor Aneiros publicó una pastoral sobre los derechos de la Iglesia en materia de educación. Fray Mamerto Esquiu murió en 1883 y en su lugar fue nombrado vicario capitular de Córdoba monseñor Jerónimo E. Clara, con lo que se reavivó el conflicto.

El choque se dio con la designación de la señora Armstrong, una de las maestras de Sarmiento, como presidenta del Consejo provincial de educación por el nuevo gobernador Gustavo Gavier. Monseñor Clara respondió con una pastoral, el 25 de abril de 1884, en la que combatía la doctrina liberal y prohibía a los fieles enviar a sus hijas a la escuela normal regida por el Consejo de educación. Juzgó el gobierno nacional que la pastoral significaba un acto de rebelión contra hechos administrativos legítimos y el 6 de junio el general Roca dictó un decreto separando a Clara del gobierno de la diócesis y ordenando su procesamiento por el juez federal con asiento en Córdoba. Hubo, además, cesantía de profesores de la universidad de Córdoba por su adhesión a Clara.

Clara Armstrong

Clara Armstrong dedicó su vida a la docencia y arribó al país cuando Domingo Faustino Sarmiento, era presidente de la Nación y pilar indiscutible de la educación pública argentina, tuvo la idea de contratar maestras extranjeras para sembrar escuelas en distintos puntos del país. Así fue que llegó  la neoyorquina Clara Jeannette Armstrong, a quien se le asignó la tarea de organizar una escuela normal para mujeres.
Llegó en 1878 y permaneció en Catamarca no más de tres años. Después volvió a Estados Unidos a reclutar más maestras y regresó al país ya con otros destinos... anduvo por Buenos Aires, San Juan y más tarde hizo una tarea similar en Cuba.

La defensa apasionada de la Iglesia por José Manuel Estrada llevó a su destitución de la cátedra de derecho constitucional. Al mes siguiente fue destituido el fiscal federal de Córdoba que se expidió contra el procesamiento del vicario Clara. El obispo de Salta, Risso Patrón, se dirigió a sus fieles en carta pastoral criticando las doctrinas liberales y la destitución de Clara.

Fue nombrado obispo titular entretanto monseñor Tissera. El nuncio apostólico se trasladó a Córdoba con ese motivo. 

La señora Armstrong lo entrevistó para eliminar los obstáculos que hubiese y que impedían la asistencia de las jóvenes a la escuela normal. Monseñor Mattera se excusó en su carácter diplomático y le pidió que se dirigiera al gobierno nacional e hiciese una declaración en el sentido de que no haría proselitismo protestante en la escuela y que no habría inconveniente en enseriar religión en la escuela normal.

En ese sentido se dirigió la señora Armstrong al ministro Wilde, que la amonestó por su conducta, y el de relaciones exteriores pidió explicaciones a Mattera.

Los católicos, después de publicar desde el 19 de agosto de 1882 el diario La Unión, que polemizó al año siguiente con La Nación, crearon el 21 de junio de 1883 la Asociación Católica de Buenos Aires y a mediados de 1884 realizaron la primera Asamblea nacional de católicos ar-gentinos. Al finalizar el período presidencial se organizaron en partido político con el nombre de Unión Católica y, aliados con el mitrismo, propiciaron la candidatura del doctor Manuel Ocampo.

Pero fuera de una minoría de personalidades notables en la vida intelectual y política, el grueso de los católicos no respondió al apasionamiento de los promotores del movimiento. Los liberales fueron debilitando la resistencia tenaz de los opositores y pocos años después impusieron reformas como la ley del matrimonio civil. 

La Iglesia perdió influencia en la vida social y durante muchos decenios la vida cultural del país y la vida política mantuvo en alto los principios filosóficos del liberalismo.

La actitud de monseñor Mattera salía de las normas diplomáticas y de las gestiones que le había encomendado la Santa Sede. Los diarios de Buenos Aires censuraron la intervención del nuncio en la campaña religiosa y la situación se agravó cuando el representante del Vaticano envió al ministro de relaciones exteriores una nota

desmesurada en la que exigía explicaciones por las publicaciones del diario Tribuna popular. El gobierno no podía hacer otra cosa que devolver la nota el 18 de octubre acompañada de los pasaportes del nuncio papal. Y luego se hizo llegar al cuerpo diplomático acreditado una circular explicando lo ocurrido.

Las relaciones con el Vaticano fueron interrumpidas y esa situación duró hasta 1900, en que fueron restablecidas, precisamente en la segunda presidencia de Roca. León XIII nombró a monseñor Sabatucci para que lo representase ante el gobierno argentino.

Leon XIII

El 14 de octubre de 1884 Roca expulsa al nuncio apostólico monseñor Mattera debido a un serio conflicto entre el Gobierno de la Nación y el nuncio apostólico monseñor Mattera, dándose como causa una incorrección diplomática cometida por el representante del Vaticano ante nuestro país. Una carta que el presidente de la Nación, general julio A. Roca, escribió a nuestro representante diplomático en la República Oriental del Uruguay, Enrique Moreno, expresa al respecto: “"Estamos en plena lucha con los clericales, que se nos vienen a las barbas y quieren sobreponerse a la Constitución y a las leyes. La opinión se conmueve con tal motivo y la gran mayoría del país se levanta dispuesta a sostener el Gobierno que tiene entre sus manos la bandera más simpática a los pueblos en el presente siglo. Parece que se trata de una verdadera conspiración de la Corte Romana contra las repúblicas sudamericanas que tienen una causa común en esta lucha…”"