Antecedentes

En los tiempos previos al descubrimiento por parte de los españoles era una llanura grande que se confundía con el horizonte. La población original se dedicaba a la caza de guanacos y ñandúes, aún no se conocía el término «pampa», nombre de origen peruano que se usa en todo lo que no tiene un nombre equivalente europeo mediante palabras y vocablos tomados del lenguaje original local. la primera expedición que llegó al Río de la Plata fue la de Juan Díaz de Solís en enero en 1516, que desembarcó en las costas de Uruguay. Luego de esta instalación, Solís es atacado y muerto por los indios de la zona. El relato de un sobreviviente a la expedición de Solís llego a los oídos del navegante veneciano Sebastián Caboto, en ese momento en ruta hacia las Molucas, y con su flota fondeada en Pernambuco, que al oír las aventuras del sobreviviente cambia su proyecto y decide dirigirse a la comarca de las riquezas. Para asegurar un enclave militar ante el avance portugués en la zona el rey Carlos I de España nombre por decreto real a Pedro de Mendoza el 22 de agosto de 1534 Primer Adelantado, Gobernador y Capitán General, el cual era un militar que había participado en varias campañas militares en Italia y Alemania

Primera fundación de Buenos Aires

Con los descubrimientos de Díaz de Solís, Sebastián Gaboto y Diego García de Moguer, y los informes acerca del interés de Portugal por extender hacia el sur del Brasil sus descubrimientos y posesiones, quedaba abierta la era de la conquista y colonización de las nuevas tierras. La corte española aceleró el envío de una expedición que sirviese para impedir que los rivales remontasen el río Paraná en busca del imperio del rey blanco y de la Sierra de la Plata y para dar con esos lugares fabulosos, cuyas riquezas supuestas harían superar la crisis y el agotamiento de las arcas reales.

Para dar cima a esos propósitos, la armada que se enviase debía levantar fortalezas en puntos estratégicos como para una toma de posesión efectiva, formaría poblaciones estables, repartiría tierras y organizaría una gobernación en regla.

Después de haber ofrecido la empresa a otros, fue admitido para realizarla un noble granadino, que había intervenido en el asalto y saqueo de Roma, Pedro de Mendoza.

Pedro de Mendoza

Pedro de Mendoza