El impacto de la explotación de recursos geológicos

La actividad minera y la explotación de recursos geológicos tales como el carbón, el petróleo, el gas natural y la energía de fisión nuclear generan residuos contaminantes que alteran el medio ambiente.

Tres fuentes de energía en peligro

A escala mundial, el 75 % de la energía que consume la humanidad se obtiene solo de tres fuentes energéticas: el carbón, el petróleo y el gas natural. Estos tres combustibles se denominan combustibles fósiles.

En la actualidad, el uso del carbón está en declive, pero no sucede así con el petróleo y el gas natural. La explotación de estos recursos es tan intensa que, según los expertos, podrían agotarse en un plazo breve. Hay quien afirma que apenas nos quedan 40 años de explotación de los recursos petrolíferos.

Este hecho se debe a que todos estos recursos minerales han tardado millones de años en formarse. En cambio, han bastado algo más de 200 años (desde que la humanidad utiliza máquinas que consumen estos combustibles) para que se alcance una situación de alarma por el previsible agotamiento de los mismos.

La madera y el carbón vegetal (es decir, aquel que se obtiene de quemar madera) fueron las primeras fuentes de energía empleadas por las personas y, durante muchos siglos, prácticamente las únicas. Luego se descubrió que el carbón mineral (el que se extrae de las minas) es mucho más eficiente. Esto quiere decir que proporciona una mayor cantidad de energía por unidad de masa.

El carbón se aprovecha en centrales térmicas para convertir la energía química de la roca en energía eléctrica.


La formación del carbón

El carbón es una roca orgánica. Está formada por restos vegetales que se acumularon en ambientes sedentarios muy húmedos, como los que eran típicos en numerosas regiones de la Tierra en el período Carbonífero (entre 347 y 280 millones de años antes del tiempo presente).

En esas zonas, los restos vegetales sufrieron una lenta transformación en ausencia de oxígeno, y una progresiva compactación debida al peso de los nuevos restos que caían sobre ellos y a otros sedimentos. El resultado fue la formación del carbón que ahora se extrae de las minas.


La formación del petróleo

El petróleo se forma en ambientes sedimentarios marinos, en los que se acumulan restos de seres vivos (fundamentalmente del plancton), así como sedimentos formados por arenas de grano fino. Cuando esta mezcla queda enterrada por más sedimentos, se produce la transformación de los restos de seres vivos, dando lugar al petróleo, y la litificación de las arenas, formando la llamada roca madre, que es la que queda impregnada por el petróleo. Aunque este proceso se sigue produciendo en la actualidad, es tan lento que hacen falta millones de años para que se forme un yacimiento de petróleo.


El petróleo, la única roca líquida

El petróleo se ha utilizado desde la antigüedad: para asfaltar calles o como combustible. Pero fue hacia la mitad del siglo >o< cuando se convirtió en la principal fuente de energía. El mayor impulso vino de la mano de los motores de explosión, que emplean derivados del petróleo (gasolina, gasóleo) como combustible.

El petróleo ha tardado millones de años en formarse. Por eso, aunque se siguen descubriendo pozos de este producto, tarde o temprano se agotará, sobre todo si se consume al ritmo actual. Otro inconveniente del petróleo es el de los problemas medioambientales derivados de su extracción, transporte y transformación.

El petróleo se aprovecha también como combustible en las centrales térmicas para generar electricidad.


El gas natural

Junto a los depósitos de petróleo existen habitualmente depósitos de gas. Durante muchos años, este gas no se aprovechaba, sino que se quemaba directamente en los pozos. Sin embargo, desde hace algunas décadas, el gas se transporta en gasoductos y se aprovecha como combustible; por ejemplo, en sistemas de calefacción.

La ventaja del gas natural frente a otros combustibles es que resulta más limpio: su combustión genera gases menos contaminantes. Su inconveniente: el peligro de explosiones que, aunque no son demasiado potentes (comparadas con las de otros combustibles), sí pueden causar daños importantes a las personas y en los edificios. Y también son peligrosos los escapes de gas, pues es una sustancia muy tóxica.


La energía de fisión

La crisis del petróleo ocurrida en 1973 impulsó la utilización de otra fuente de energía poco empleada hasta entonces: la energía nuclear de fisión. La principal ventaja de la energía nuclear es la eficiencia: muy poca cantidad de uranio o plutonio proporciona una gran cantidad de energía.

Las desventajas de la energía nuclear son muy conocidas: produce residuos muy contaminantes y, además, si se produce un accidente se dispersan sustancias radiactivas por una amplia región.

Explotación petrolífera terrestre y  transporte .

Explotación petrolífera terrestre y  transporte.
El transporte del petróleo no es sencillo. Aunque existen oleoductos, se siguen empleando petroleros para rutas transoceánicas. Esto trae consigo problemas medioambientales: muchos petroleros se limpian frente a las costas, lo que puede llegar a inutilizar una playa.




Hay diversos tipos de carbón.

Hay diversos tipos de carbón.
La menos rica en carbón es la turba (45-60% de carbono), seguida del lignito (60-70%), la hulla (75-95%), la antracita (90-95%) y el grafito (95-100%). De todas ellas el lignito y la hulla son las que mejor arden y las más interesantes desde el punto de vista energético. En la actualidad, el carbón aporta en tomo al 15% de la energía consumida.




Tanques de gas natural.

Tanques de gas natural.
El gas natural, como el carbón y el petróleo, ha tardado millones de años en formarse: decimos que es también un combustible fósil.



Almacenamiento de residuos nucleares

Almacenamiento de residuos nucleares
El almacenamiento de residuos nucleares se lleva a cabo en instalaciones, generalmente de superficie, destinadas a gestionar y almacenar de una forma segura, temporal y reversible los residuos radiactivos procedentes de reacciones nucleares. Permite gestionar en un único lugar todo el combustible gastado en centrales nucleares y otros residuos similares. Los residuos nucleares perduran durante miles de años.