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El bosque del Parque Nacional Tierra del Fuego corresponde
al Distrito Magallánico de los bosques andino-patagónicos,
y se extiende desde las laderas de las montañas hasta casi tocar
el litoral marino. Está compuesto tan solo por seis especies de
árboles, existiendo en la región un amplio predominio de
Ñire, Lenga y Guindo o Coihue Magallánico. El Guindo se extiende desde el paralelo
de 470 hasta Tierra del Fuego, reemplazando a su congénere más
norteño; a pesar de ello, tiene su mismo aspecto y exigencias ecológicas.
Es muy común que estas especies presenten parásitos como
el Misodendro y el Llao llao. También es frecuente encontrar Líquenes,
que cuelgan en forma de barba de las ramas de los árboles. Las otras
especies arbóreas existentes en el Parque son el Canelo, la Leña
Dura y el Notro fácilmente identificable por sus llamativas flores rojas. Durante
todo el año se pueden admirar variadas y coloridas flores. En primavera,
se abren las flores rojas de Mutillas y las Violetas Amarillas. Florecen
también la Prímula y dos Calceolarias, con forma de pequeño
zapato, por lo que también reciben el nombre de Zapatito de la Virgen.
En verano el número de flores aumenta. Al borde de los bosques aparece
la Orquídea Blanca, mientras que las Armerias de un rosa vivo, bordean
la costa del mar. Los campos abiertos están cubiertos por la flor
blanca en forma de margarita de la Mata Negra. Durante el otoño,
florece la Fucsia, Chilco o Aljaba, y los lugares húmedos se cubren
de las margaritas blancas y amarillas del Senecio. En el invierno, el Michay
abre sus flores de un amarillo vivo. El ambiente más característico
de la región fueguina, y que no se halla protegido en ningún
otro parque andino-patagónico, es sin duda el de las Turberas. Así
se denomina a los amplios valles planos anegados en forma permanente, donde
prosperan una cantidad sorprendente de musgos, de un llamativo y bello
color rojizo. Debido a las aguas ácidas y a las bajas temperaturas
reinantes, la descomposición de la materia orgánica se produce
muy lentamente, ocasionando su paulatina acumulación. De esta manera
se crea un peculiar ambiente de terrenos blandos, donde es difícil
caminar sin enterrarse hasta la rodilla. En estos sitios habita una planta
carnívora que se alimenta de pequeños insectos: la Drosera.
Debido a su ínfimo tamaño, que no supera los 5 milímetros,
es muy difícil de localizar. El mejor sitio para observarlas es
en los bordes de la Laguna Negra.
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