Final del siglo XVII.

Entre 1683 y 1684 se trasladó la ciudad de San Juan de la Ribera, reedificada en 1633 en Pomán por Jerónimo Luis de Cabrera, al lugar que hoy ocupa; llevó allí el nombre de San Fernando Valle de Catamarca, luego brevemente Catamarca.


En 1685 se trasladó también San Miguel de Tucumán al lugar que ocupa en la actualidad, después de estar 120 años junto a la montaña, donde solía inundarse peligrosamente.

Talavera de Madrid se fue despoblando; en 1671 no llegaban a 20 sus vecinos y moradores, que vivían muy pobremente, pues los indios que trabajaban se habían extinguido por completo; un temblor de tierra en 1692 acabó por destruirla.

Córdoba, aunque pertenecía a la gobernación del Tucumán, se sintió más ligada a Buenos Aires; tuvo una existencia más tranquila y no tardó en contar con monasterios de monjas, un colegio mayor de los jesuitas y una universidad.


Jerónimo Luis de Cabrera

Jerónimo Luis de Cabrera