Felipe Vallese fue un obrero metalúrgico y dirigente de la Juventud Peronista secuestrado y luego desaparecido el 23 de agosto de 1962, durante el gobierno de facto de José María Guido . Es uno de los primeros desaparecidos de la historia argentina contemporánea.
Al momento de su secuestro, Vallese tenía 22 años y era delegado de la fábrica TEA, ubicada en el barrio de Flores en la calle Caracas 940. Vallese, trabajaba en el turno noche al cuidado y mantenimiento de las maquinarias. Diversos testimonios manifiestan que fue conducido a la comisaría 1.ª de San Martín, y que allí fue torturado, por algunos dias, luego fue trasladado al destacamento de Villa Lynch, en donde se continuaron con las torturas. Viendo los policías - secuestradores que cada vez estaban siendo mas cercados por la justicia, decidieron llevar a Felipe Vallese a una casa particular de uno de los policías y tal vez allí terminaron con la vida del gremialista. Su cuerpo nunca apareció. Mientras habían secuestrado a Vallese, otros automóviles se dirigieron a secuestrar a Italo Vallese, hermano mayor de Felipe, y otro móvil a la casa de Morelos 628, donde residía Felipe. Allí se encontraban Elvia Raquel de la Peña, Ofelia de de la Peña, madre de Elvia, Mercedes Cerviño, Agustin Adaro, esposo de Mercedes, sus dos hijas, Olga Adaro y Raquel Adaro, de 14 y 11 años, y el hijo de Felipe Vallese, Eduardo Felipe Luis Vallese, de 3 años de edad, al momento del secuestro de su padre. Ingresaron los policías de civil y uniformados, secuestrando a todos, menos a los niños y a la abuela Ofelia. El hecho produjo una importante conmoción social y su aparición con vida pasó a formar parte de las reivindicaciones de diversas organizaciones. Se hizo popular el canto:
Un grito que estremece, Vallese no aparece.