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Dado
el antiguo poblamiento de la Sierra, existen amplios sectores en gran parte
modificados por tala, extracción de leña y sobrepastoreo del ganado caprino
que predomina en la zona. La fauna silvestre se ve muy perseguida, ya sea como
fuente de recursos alimentarios o para la comercialización de sus productos,
admitiendo los mismos pobladores su progresiva disminución. El Puma es
tenazmente perseguido por atacar al ganado doméstico, especialmente Cabras,
mientras que especies como la Corzuela, Pecarí y Charata son buscadas por su
carne. Los numerosos sitios arqueológicos de la zona se encuentran dentro de
las propiedades privadas, por lo que no está asegurada su conservación a
perpetuidad. De esta manera se está condicionando el conocimiento, difusión y
valorización de los mismos, dejándolos a merced del olvido o de los
depredadores especializados. La compleja y confusa situación catastral y la
numerosa población que ocupa desde tiempos virreinales la gran mayoría de la
sierra, hacen en extremo difícil la concreción de un área protegida de
grandes proporciones. Quizás una de las posibilidades viables de conservar la
particular naturaleza de la zona sea a través de la concreción de un sistema
de pequeñas Reservas Privadas.
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