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Uno de los árboles más característicos
de la región es el Pehuén
, también conocido como Araucaria. Esta magnífica conífera
eleva su tronco recto y columnar hasta 45 m. y de su extremo surge una
aparasolada copa, con sus ramas levemente inclinadas hacia abajo. Las concentraciones
más densas aparecen entre los 900 y 1800 metros sobre el nivel del
mar, en sitios húmedos y fríos. Los troncos alcanzan los
2 mts. de diámetro, y los grandes individuos pueden llegar a edades
cercanas a un milenio
. En ciertos lugares crecen asociados con la Lenga y un sotobosque de Caña
Colihue
, o aislados. Sus grandes semillas son comestibles, sirviendo de alimento
tanto a la fauna silvestre como a los pobladores locales. El Ciprés
de la Cordillera es una especie típica del ambiente de transición
con la Estepa Patagónica. Compactos Cipresales forma esta conífera
de hasta 20 metros de altura, que crece en las laderas más secas
y expuestas al norte
. El Maitén suele acompañar al ciprés en los sectores
de transición, formando bosquecillos puros. Junto al Maitén,
el Chacay, desarrolla galerías a orillas de los ríos que
ingresan a la estepa. Entre los arbustos tenemos al Espino Negro, el Radal,
que en sitios de mayor humedad adquiere un porte arbóreo; y el Notro
cuyas llamativas flores compiten con las de Mutisias
, Virreinas
y Amancays
o Liutos. Existen también árboles de hojas caducas, como
la Lenga
y el Ñire que forman un bosque particular. El Ñire es propio
de orillas de mallines y turbales, siendo especie pionera que coloniza
luego de incendios. La Lenga, en cambio, si bien alcanza proporciones arbóreas,
a partir de grandes alturas crece en forma achaparrada. El distrito valdiviano,
se presenta donde el promedio anual de lluvias supera 1500 milímetros,
adquiriendo su máxima expresión sobre las laderas chilenas.
El Coihue
es la especie dominante y el avance por estos bosques se hace difícil
debido a la densidad del sotobosque de Caña Colihue, que puede medrar
varios metros hacia lo alto, no dejando prácticamente claros. Hay
arbustos acompañantes como el Michay, Vinagrillo, la Violeta , las
Topa-topa, la Aljaba o Chilco .
En este Parque hallamos dos vegetales que no están presentes en
ninguna otra área protegida patagónica. Se trata de dos árboles
notables por su gran tamaño: el Roble Pellín y el Raulí
, que alcanzan los 30 metros de altura. A veces mezclados con el Coihue
, forman concentraciones mixtas en la zona comprendida entre los Lagos
Quillén, Nonthué y Lácar. Ambas especies son de hojas
caedizas, característica que le da a estos bosques una belleza sobresaliente
en otoño. La excelente calidad de su madera, las ha hecho muy buscadas,
siendo las especies arbóreas más perseguidas, amenazadas
y escasas de la Patagonia andina
. Los helechos, musgos, líquenes, hepáticas y hongos abundan
en el suelo, entre ramas y troncos caídos o al pie de los árboles.
Se destaca entre los hongos el Llao-llao, parásito que produce tumores
en forma de abultamientos en las ramas y troncos de distintas especies
arbóreas. Los bosques valdvianos cruzan por la cordillera en sitios
bajos, que facilitan el necesario aporte de humedad, la que supera en ciertos
lugares los 4000 mm anuales. Allí la vegetación tiene sus
manifestaciones más exuberantes aumentando en forma notoria la diversidad
específica. Helechos y epífitas crecen entre una espesa capa
de musgo sobre los troncos, mientras que las enredaderas y lianas insinúan
una formación selvática en el bosque. Entre las especies
exóticas que se han asilvestrado e invadido los ambientes naturales
se destacan: la Rosa Mosqueta
, el Lupino, la Margarita y la Digitalia
. Estas especies, escapadas originariamente de los jardines, ocupan lugares
que han sido alterados por actividades humanas, como la explotación
forestal y el pastoreo del ganado doméstico.
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