Captura de los jefes realistas

Tras la derrota, Córdoba huyó con los restos de su ejército a Potosí, ciudad que el 10 de noviembre se pronunció en favor de la revolución, apresando a Córdoba, Paula Sanz y Nieto cuando intentaban huir hacia el desierto de Atacama. 

Captura de los jefes realistas

El ejército dirigido por Balcarce y Castelli ya traía consigo la sentencia de muerte firmada por la Primera Junta. Ésta incluía a Nieto, el gobernador potosino Francisco de Paula Sanz y al general José Manuel de Goyeneche pero Castelli la hizo extensiva a Córdoba. Córdoba fue conducido hasta Potosí y, siguiendo la misma suerte que anteriormente había sufrido Santiago de Liniers, fue ejecutado el día 15 de diciembre junto con Vicente Nieto y Francisco de Paula Sanz.

Siendo anciano, no pudo viajar con rapidez. Tras 16 días de marcha, cerca de Colcha en Lípez, el guía que los acompañaba ocultó las mulas mientras los prófugos descansaban, dejándolos sin poder continuar mientras se dirigía a denunciarlos al alcalde del lugar, Antonio Santos. Este los apresó inmediatamente y los entregó a Castelli. Una partida salió en su búsqueda formada por soldados de las compañías de patricios que Vicente Nieto había mandado a trabajar en el socavón de Potosí cuatro meses antes.

Tras la derrota, Córdoba huyó con los restos de su ejército hacia Cotagaita y al día siguiente de la batalla escribió a su ex amigo en España, González Balcarce.

Castelli le respondió que se entregara con sus cómplices a la generosidad del Gobierno de la Junta. Adivinando cual sería su suerte, al recibir esa respuesta Córdoba se dio a la fuga el día 9 en dirección a La Plata (o Chuquisaca). 

Jose de Cordoba

El 7 de noviembre, Balcarce atacó a las fuerzas de Córdoba en la Batalla de Suipacha; como Córdoba no se decidiera a atacarlo, simuló una retirada y emboscó a sus enemigos, derrotándolos por completo. Esta fue la primera victorida de los ejércitos de las Provincias del Río de la Plata sobre los ejércitos realistas españoles.



El 12 de noviembre envió una carta solicitando un batallón de 300 cruceños a La Plata, pero la ciudad se estaba pronunciando por la revolución y en respuesta le enviaron una partida al mando del capitán Joaquín de Lemoine que lo apresó al día siguiente en Cuchihuasi en las cercanías de Potosí.

Indalecio González de Socasa tomó el mando de los restos del ejército realista y se dirigió hacia Puno para unirse a José Manuel de Goyeneche, siendo también apresado, aunque luego logró escapar.

Al huir Vicente Nieto envió a Potosí al conde Casa Real con órdenes para Paula Sanz de que tomara los 200.000 pesos oro de la Casa de la Moneda y saliera de la ciudad. Sin embargo este demoró su salida lo suficiente como para que el 10 de noviembre llegara a la ciudad un oficio de Castelli anunciando su inminente llegada con el ejército y ordenando al cabildo el apresamiento del gobernador. El cabildo se pronunció en favor de la revolución adhiriendo a la Junta y liberando a los detenidos del año anterior. Paula Sanz fue apresado inmediatamente, permaneciendo detenido en la Casa de la Moneda junto Nieto y a Córdoba durante un mes.