El retorno a la democracia

Con una deuda externa sin precedentes y con una inflación superior al 900%, Argentina celebró, después de una década, elecciones presidenciales en octubre de 1983. El ganador fue el candidato de la Unión Cívica Radical (UCR), Raúl Alfonsín. Bajo su mandato, la nación volvió a la democracia; se reorganizaron las Fuerzas Armadas, se enjuició a antiguos dirigentes militares y políticos por violación de los derechos humanos, se renegoció la deuda externa, se instituyeron reformas fiscales y se estableció una nueva moneda. Además, se aprobó un tratado para resolver una disputa fronteriza con Chile por tres islas del Canal de Beagle. No obstante, la inflación se mantuvo alta y, en mayo de 1989, el candidato peronista Carlos Saúl Menem fue elegido presidente. Era la primera vez desde 1928 en que un presidente civil no era derrocado por las Fuerzas Armadas. Ante el rápido deterioro de la economía del país, Menem impuso un duro programa de austeridad. A principios de la década de 1990, su gobierno sofocó la inflación, equilibró el presupuesto, vendió empresas estatales a inversores privados y renegoció la deuda. En 1992 se restablecieron las relaciones diplomáticas plenas con el Reino Unido, lo que ayudó a reparar las heridas de la guerra de las Malvinas. En diciembre de 1993, el presidente Menem alcanzó un acuerdo con su predecesor, Raúl Alfonsín, para modificar la Constitución, reduciendo el mandato presidencial de seis a cuatro años, aunque se permitía la reelección consecutiva, decisión que fue refrendada por las dos cámaras del Congreso. En las elecciones convocadas para la Asamblea Constituyente, el partido de Menem ganó la mayoría. En 1994 Argentina firmó el Tratado de Tlatelolco, declarándose país libre de armas nucleares. Ese mismo año, los mandatarios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firmaron el Tratado de Asunción, que confirmó la intención de estos países de crear el Mercado Común del Cono Sur (Mercosur).