Los servicios de espionaje

Iniciada la organización y articulación del ejército de los Andes, San Martín no des­cuidó una forma de guerra susceptible de producir que­brantos y desorganización en las filas enemigas, la guerra de zapa o guerra de nervios. El mismo recurso empleará luego en Perú. El general Gerónimo Espejo describió este aspecto de la preparación y los ardides ingeniosos de que se valía San Martín para que fuese eficaz.

Los servicios de espionaje

La situación de Chile después del desastre de Rancagua fue favorable para ese género de hostilidades que tenía en vista: la seducción de las tropas realistas, su deserción, la desfiguración de los sucesos, el desprestigio de los jefes, el temor de los soldados, la descompaginación de los planes de Marcó del Pont, suprema autoridad realista de Chile.

Contra los patriotas chilenos se desencadenó una represión y una persecución odiosa; algunos se sometieron, pero los más, considerados y tratados como rebeldes, buscaron medios para librarse de la opresión a que se les sometía. 

Osorio aplicó a diestro y siniestro el destierro, la confiscación de bienes de los desafectos, recurrió a la pena capital profusamente, dejó libertad a la soldadesca para toda suerte de excesos. Todo ello no sirvió sino para avivar el odio de las víctimas contra los dominadores y para ahondar más aún la división entre criollos y españoles.

Ese estado de ánimo fue aprovechado para dividir a los chilenos y a los realistas y para suscitar levantamientos revolucionarios en diversos lugares a fin de que Osorio tuviese que distraer tropas para sofocarlos en variados lugares del territorio; interesaba que no hubiese grandes concentraciones de tropas cerca de Santiago y frente a Mendoza.

Extendió la guerra de zapa a Santiago, a Concepción, a Talcahuano, a la provincia de Colchagua. La difusión de amenazas de invasión por diversos pasos cordilleranos hizo que Osorio dispersara sus fuerzas para hacer frente a las amenazas que San Martín administraba hábilmente.

Mientras en Mendoza se tenían informes permanentes del campo enemigo, en Santiago no se conocía lo que ocurría en Mendoza; y lo que se conocía era lo que interesaba divulgar a los agentes de San Martin con propósitos de confusión.

Recurrieron los realistas al clero, que consideraban aliado natural en la contrarrevolución; pero no se tardó en privarles de ese instrumento; en San Luis, el gobernador Víctor Dupuy, en posesión de informes comprometedores, prohibió a tres clérigos la administración de los sacramentos y, en cambio, apeló a sacerdotes patriotas para que orientasen a la opinión pública; mantuvo también vigilancia sobre los españoles confinados y estableció penalidades severas para los criollos que se dejasen sobornar.

Mariano Osorio fue sustituido en el mando de la capitanía general de Chile por el mariscal de campo Francisco Casimiro Marcó del Pont, hombre que no estaba a la altura de su tarea y que, por consiguiente, favoreció indirectamente la empresa de San Martín.


Manuel Javier Rodríguez Erdoíza f

Durante 1816, San Martín intensifica su táctica dirigida a debilitar al enemigo entronizado en Chile, apelando a la "Guerra de Zapa". Consistió en la emisión de proclamas, noticias y rumores a través de agentes infiltrados en la sociedad chilena, intentando captar adeptos para la revolución, especialmente entre los oficiales del ejército realista con simpatías democráticas. Además, sus agentes obtenían datos del poderío militar, posiciones, rutas y comunicaciones. Para llevarla a la práctica San Martín tenía en Chile a los patriotas vencidos pero no desmoralizados que esperaban la llegada del Ejército de los Andes y saboteaban al gobierno de Marcó del Pont.

Una función importante tuvo en este plan Manuel Rodríguez quien a pesar de ser un carrerino fue reclutado por San Martín para espiar, transportar órdenes por la cordillera y principalmente crear guerrillas. Rodríguez unirá al bandido de caminos José Miguel Neira quien recibirá un grado militar por dar preferencias en sus asaltos a los españoles.

Chile fue inundado de espías, con una dirección general en Santiago y cada agente con una red propia de auxiliares.

La transmisión de las noticias se hacía por medio de chasques, que encontraban postas próximas a los principales 'caminos. Así llegaban a Mendoza con celeridad las noticias de interés. Algunos de los miembros de esos servicios de espionaje fueron descubiertos por las autoridades realistas y ejecutados; pero el servicio era tan perfecto que hasta las notas que firmaba Marcó del Pont en su despacho eran conocidas en Mendoza a los pocos días.

Fueron provocados levantamientos internos, como el de Manuel Rodríguez, que se apoderó de Melipilla, San Fernando y Curicó y llegó en sus correrías hasta cerca de Santiago. Marcó del Pont tuvo que distraer fuerzas importantes en la persecución de los rebeldes.

Cuando San Martín temió en el verano de 1815-16 una invasión a Mendoza desde el otro lado de la cordillera, por noticias que llegaron desde el despacho del propio Marcó del Pont, hizo circular por el cuartel general enemigo el rumor de que una escuadra patriota de Buenos Aires se dirigía a las costas meridionales de Chile, mientras un fuerte ejército organizado en Mendoza se aprestaba a invadir a Chile por la cordillera.


Casimiro Marco del Pont

El gobernador realista de Chile, Casimiro Marco del Pont quien ya había aplicado varias medidas represivas contra el pueblo y ejecutadas por el comandante del Real Regimiento de Talavera de la Reina el capitán Vicente San Bruno había generado un descontento general en la gente lo que facilitaba al guerrillero Rodríguez fomentar y hacer que la gente apostara por la causa independentista. 

La guerra de Zapa

La Guerra de Zapa se llamó a las instrucciones dadas por el general argentino José de San Martín con el fin de alarmar a Chile, seducir las tropas realistas, promover la deserción, figurar los sucesos, desconceptuar a los jefes, infundir temor a los soldados y procurar desconcertar los planes del gobernador realista de Chile, Casimiro Marcó del Pont, entre 1815 y 1817, durante la preparación del Ejército Libertador de los Andes. El encargado de llevar a cabo todas estas acciones fue el patriota chileno Manuel Rodríguez quien al volver de Mendoza acompañado de otros patriotas chilenos ejecutaron todas esas acciones y dieron a la formación de guerrillas por toda la zona central de Chile para lograr la insurrección y la desarticulación del Ejército Real de Chile y así dar paso al Cruce de los Andes.