Encuentro con San Martín

Luego regresó a Tucumán para informar al Congreso de sus actividades en Salta y en Jujuy; allí asistió a la Declaración de la Independencia, que él alentó, el 9 de julio de 1816. Dos días después partió hacia Córdoba, donde lo aguardaban San Martín y O'Higgins   , con quienes mantuvo entre el 14 y el 22 de julio importantes conversaciones. El 24 de ese mes emprendió viaje a Buenos Aires.



La reunión de San Martín y Pueyrredón

En esas reuniones, San Martín y Pueyrredón ajustaron los planes para dar cumplimiento a la campaña de los Andes. Al término de estas conversaciones, San Martín escribió a Godoy Cruz, expresándole al final con lacónica frase profética: «Ya no nos resta más que empezar a obrar. Al efecto pasado mañana partimos cada uno a su destino con mayores deseos de trabajar en la gran causa». Así partió Pueyrredón «a trepar el Gólgota para ofrecer su sangre y su vida para la salvación de la Patria», como expresa un historiador.

El 29 de julio llegó a la posta de la Figurita (hoy Ramos Mejía), donde lo esperaba una muchedumbre para aclamarlo. Finalmente llegó a Buenos Aires en medio de un gentío que lo ovacionaba.

Una vez instalado en el Fuerte, sede del gobierno, Pueyrredón se enteró del contenido de una carta que le enviaba José Artigas desde Purificación, con fecha 24 de julio de ese mismo año, donde le decía en términos nada diplomáticos, ni cordiales: «A más de un año que la Banda Oriental enarboló su estandarte tricolor y juró su independencia absoluta respectiva. Lo hará V.E. presente al Soberano Congreso para su superior conocimiento».

Como respuesta, Pueyrredón envió el 30 de julio a un comisionado ante Artigas con cien quintales de pólvora y trescientas monturas, «para los objetos de la defensa de ese importante territorio por los riesgos de la expedición portuguesa que amenaza estas provincias... Al presentar a V.E. los citados artículos le asegure el citado comisionado la resolución de nuestra fraternidad y la unión con que debemos propender a la defensa de la Patria».

Reunión de San Martín y Pueyrredón

Pueyrredón llega Córdoba para reunirse con San Martín. Durante una semana precisan la estrategia de la guerra continental. Tienen informes de que Bolívar, desde el otro extremo de América de Sur, comenzará también su epopeya hacia Lima, la gran sede de los realistas. Comienza entonces una carrera contra el tiempo para organizar al Ejército que cruzará los Andes para liberar Chile: lograr su abastecimiento y financiación en los plazos requeridos es imprescindible. El cruce debe hacerse durante el siguiente verano o se pierde un año precioso. El nuevo mapa político, con las Provincias Unidas independientes y un Director Supremo aceptado por todos (a excepción de la disidencia federal del Litoral) permite encarar negociaciones con respaldo. Por eso la satisfacción del Libertador: “Mi viaje a Córdoba --escribe San Martín-- y mi entrevista con Pueyrredón han sido del mayor interés a la causa y creo que ya se procederá en todo sin estar sujetos a oscilaciones políticas que tanto nos han perjudicado”.