Última sesión y Revolución de las Fontezuelas

La última sesión de la Asamblea del Año XIII, celebrada el 26 de enero de 1815 , desde entonces, y durante el resto del gobierno central unitario del Directorio de Carlos María de Alvear, la Asamblea no volvió a reunirse y  fue oficialmente disuelta a raíz del golpe del 18 de abril de 1815 llamado "Revolución de las Fontezuelas"

Diputados presentes de la última sesión

En la última sesión de la Asamblea del Año XIII, celebrada el 26 de enero de 1815, se hallaban presentes los siguientes diputados:

  • Nicolás Laguna (Presidente, diputado por Tucumán)
  • Pedro Ignacio Rivera (Vicepresidente, diputado de Mizque)
  • Valentín Gómez (por Buenos Aires)
  • Tomás Antonio Valle (por San Juan)
  • Francisco Ortiz (por Corrientes)
  • Ramón Eduardo Anchoris (por Entre Ríos)
  • Francisco Javier Argerich (por la villa de Luján)
  • Pedro Fabián Pérez (por Montevideo)
  • Bernardo Monteagudo (por Mendoza)
  • José Fermín Sarmiento (por Catamarca)
  • Pedro Feliciano de Cavia (por Montevideo)
  • Mariano Perdriel (por Santiago del Estero)
  •  Agustín José Donado (por San Luis)
  •  Manuel Luzuriaga (por Buenos Aires)
  •  José Amenábar (por Santa Fe)
  • Hipólito Vieytes (secretario, diputado por Buenos Aires)
  • Vicente López y Planes (secretario, diputado por Buenos Aires). 

Rebelión de Fontezuela.

Mientras Alvear imponía sus exigencias al Cabildo, sin esperar el fin de las negociaciones de Galván y de Brown, procedió a las operaciones contra Artigas, comenzando por desalojar a los artiguistas de la ciudad de Santa Fe. 

Destacó con ese objeto una división al mando de Francisco Javier de Viana, con una fuerte vanguardia a las órdenes del coronel Ignacio Álvarez Thomas. Las tropas no marchaban bien dispuestas a esa lucha, Álvarez Thomas, haciéndose eco de la voluntad general, se sublevó el 3 de abril en Fontezuela y proclamó su desobediencia al director supremo. 

Cuando Viana fue a hacerse cargo del mando de las fuerzas que iban a operar sobre Santa Fe, fue aprisionado. El jefe de la rebelión lanzó una proclama haciendo conocer que negaba obediencia a Alvear y a su dictadura y condenaba los abusos de sus adeptos. 

Esa proclama fue suscripta por los oficiales de la segunda división, lo cual explica la detención de Viana; diez días después ratificaron el manifiesto de rebeldía los granaderos de infantería de Arrecifes y de Cañada de Rocha.

El movimiento, planeado cuidadosamente, tuyo amplia repercusión y entró en relaciones con Artigas, que lo vio con complacencia.

Álvarez Thomas intimó a Alvear a que evitase todo derramamiento de sangre entre hermanos y renunciase al mando, dejando al pueblo de Buenos Aires que eligiese libremente su gobierno.

Álvarez Thomas comunicó a los cabildos y autoridades del interior los términos del levantamiento de Fontezuela y solicitó su ayuda. 

En Salta y Jujuy se celebró jubilosamente el acontecimiento; en Mendoza, San Martín dio cuenta al Cabildo de los oficios recibidos y se resolvió dar a conocer a Alvear la adhesión del mismo al movimiento de Fontezuela; San Martín comunicó a Álvarez Thomas la decisión del pueblo mendocino y le hizo llegar 4.000 pesos como contribución a la acción emprendida, ofreciéndole que no vacilase en pedirle los socorros necesarios.

El 11 de abril se conoció en Buenos Aires la rebelión de las tropas enviadas contra Artigas y hubo gran agitación con ese motivo. Se trataba de un movimiento preparado desde hacía algún tiempo; Chilavert confesó que sabía de su preparación por Dorrego desde hacía un mes; hasta el propio edecán de Alvear, Uladislao Martínez, se pasó a Álvarez Thomas, que lo nombró su ayudante.

Alvear encargó a una división de las tropas, a las órdenes del coronel Vázquez, que cortase las comunicaciones entre la capital y los rebeldes y movió su ejército de los Olivos para situarse en Caseros a fin de continuar luego a Morón y someter a los sublevados; pero Álvarez Thomas fue auxiliado con una división oriental a las órdenes del comandante Vargas.