Es un barrio muy pobre y algo marginado con respecto al resto de los barrios porteños. Sus inmigrantes, en su mayoría italianos, españoles y armenios, de condición modesta, fueron construyendo casas que al principio eran de chapa y cartón, alrededor de la estación. Luego y con gran sacrificio las fueron reemplazando por las de ladrillo, pero en un proceso muy lento. Se ha ido mejorando de a poco pero aún subsiste la villa miseria, "Fátima" , con el número 3, donde viven 900 familias.