Hilario Lagos (1806-1860)
 

Hilario Lagos

 Militar federal, comandante de Rosas. 
Después de Caseros, condujo la rebelión de quienes en Buenos Aires querían unirse a la Confederación de Urquiza. 
Nacido en Buenos Aires, Hilario Lagos se unió a los húsares de esa ciudad en 1824 y dedicó la mayor parte del resto de su vida a la carrera militar; durante la década de 1830 luchó en diversas campañas contra los indios del sur de la provincia de Buenos Aires; en 1840 fue incorporado al ejército de Rosas bajo Oribe para luchar contra las invasiones unitarias conducidas por el general Juan Lavalle; se distinguió igualmente por su coraje en la batalla como en su caballerosidad desplegada luego de sus victorias en Quebracho Herrado y Famaillá; después de su regreso a Buenos Aires, se lo asignó, con una división, al ejército de Urquiza en Entre Ríos, donde permaneció hasta que este último se pronunció contra Rosas.

Renuente a la idea de volverse contra Rosas, el coronel Lagos obtuvo un permiso de Urquiza para regresar a Buenos Aires; en Caseros comandó una división de caballería del ejército de Rosas; fue uno de los últimos en abandonar el campo de batalla. 

Desaparecido Rosas, Lagos apoyó a Urquiza y a su idea de una organización nacional verdaderamente federal de las provincias; calificado de "auténtico federal", fue uno de los conductores del grupo "chupandinos", compuesto por ciudadanos de Buenos Aires que deseaban unir sus provincias hermanas en la Confederación; a fines de 1852, cuando la provincia de Buenos Aires rehusó aceptar el Acuerdo de San Nicolás y cooperar en el congreso constituyente reunido en Santa Fe, estalló un conflicto entre los provinciales de Buenos Aires y los porteños de la ciudad; asumiendo el liderazgo de este movimiento, Lagos intentó usar esta fuerza para introducir a Buenos Aires en la Confederación; mediante un golpe de Estado provocó la renuncia de Valentín Alsina como gobernador (tanto por razones políticas como personales) y luego presentó el movimiento a Urquiza, invitándolo a hacer uso de estas fuerzas para incorporar a la provincia de Buenos Aires a la Confederación con las otras trece provincias. 
Urquiza que esperaba utilizar la diplomacia y la negociación antes que la fuerza se sintió sumamente molesto por esta situación; sin embargo, la ciudad de Buenos Aires fue sitiada por Lagos durante siete meses; luego las fuerzas sitiadoras se disolvieron cuando la ciudad, haciendo uso de su arma defensiva más poderosa -el dinero- sobornó al comodoro John Halsted Coe, marino mercenario norteamericano que había comandado las fuerzas navales del bloqueo de Urquiza en el Río de La Plata, y posiblemente a algunos de los sitiadores de tierra; muchos de los soldados de Lagos manifestaron resentimiento hacia la federación de Buenos Aires. 
El Congreso exigía que la paz fuera negociada y los diplomáticos británicos y norteamericanos ofrecieron sus servicios para el arreglo de esta situación; se concedieron algunas amnistías, pero muchos de los dirigentes más recalcitrantes fueron exiliados; también lo fue el coronel Lagos, que despojado de su rango militar y privado de sus propiedades fue a Santa Fe; en 1857 el gobierno de Buenos Aires ofreció restituirle su rango, así como la totalidad de sus privilegios militares si se avenía a cooperar en la lucha contra las crecientes depredaciones indias en el sur; rechazó este ofrecimiento prefiriendo compartir la suerte de sus compañeros de exilio; más tarde regresó a su ciudad nata, donde murió en 1860.

 

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