Santiago Copello (1880-1966))
  

Santiago Luis Copello nació en San Isidro el 7 de enero de 1880 y allí cursó la escuela primaria y el bachillerato en el colegio San José. El arzobispo, monseñor Aneiros, le abrió las puertas del Seminario Conciliar de Buenos Aires y otro arzobispo, monseñor Castellanos, en 1896, lo envió al colegio Pío Latino Americano, de Roma, para que terminara sus estudios superiores, siendo ordenado sacerdote el 28 de octubre de 1902, luego de recibir grados académicos. Al regresar a su patria en 1903, graduado de doctor en filosofía en la Universidad Gregoriana en 1899, a los 19 años, y en teología poco más tarde, el obispo de La Plata, monseñor Terrero, lo nombró teniente cura de la parroquia San Ponciano. Un año después ya es notario mayor eclesiástico y en 1905, secretario general del Obispado platense. Entre 1909 y 1919 Copello dirigió la revista de la diócesis y presidió las asociaciones que fundaron los colegios San Vicente de Paul, el de la Sagrada Familia y el de San Juan. El 30 de marzo de 1919, en la iglesia de San Isidro, el lugar que lo vio nacer, fue consagrado obispo. En 1927 fue vicario general del Ejército, y de La Plata vino como obispo auxiliar y vicario general del Arzobispado de Buenos Aires. Actuó como legado pontificio en varios congresos eucarísticos nacionales argentinos y de Uruguay, Chile y Paraguay.

Fue nombrado Arzobispo de Buenos Aires en 1932 por el papa Pío XI y le tocó dirigir la organización del Congreso Eucarístico Internacional realizado en Buenos Aires en 1934. El 6 de diciembre de 1935 fue nombrado cardenal presbítero con el título de S. Jerónimo de los Ilirios, por decisión del mismo Pío XI. Al año siguiente, 1936, monseñor Copello fue designado cardenal primado de la República Argentina. Había sido designado titular de Aulón y auxiliar de La Plata. Sus consagrantes fueron los obispos monseñores Terrero, Alberti y Orzali. Desde su ordenación sacerdotal, llevó a cabo una obra múltiple. Al mismo tiempo que cumplía su ministerio, fue director de las Conferencias de San Vicente de Paul y del Círculo Católico de Obreros de La Plata. Fue el primer presidente del Cuerpo de Consultores Diocesanos de La Plata; presidente de la comisión para la fundación del seminario de San José. Son muchas e importantes las fundaciones que llevó a cabo y especialmente en la arquidiócesis bonaerense, que gobernó muchos años. Entre aquellas merece mencionarse, en primer término por su trascendencia, la congregación religiosa del Divino Maestro, que él fundó con la cooperación del teólogo español presbítero doctor Jesús Montánchez. Esta congregación, dedicada a los altos estudios de la juventud, está a cargo del Instituto de Cultura Religiosa Superior, y a ella el cardenal Copello confió su legado. En 1959 Juan XXIII lo nombró canciller de la Santa Iglesia Romana, después de haber dejado el Arzobispado de Buenos Aires. El 6 de marzo de 1966, para celebrar los 30 años de su cardenalato y sus 86 años, volvió una vez más a su tierra. Monseñor Copello fue el primer cardenal de Hispanoamérica y de la Argentina, siendo la primera vez que un prelado latinoamericano ocupaba ese cargo. De hecho, su popularidad fue tan grande como su laboriosidad: durante su apostolado hizo erigir en el país 65 parroquias, la mitad de las cuales fue realizada con recursos propios y donaciones.

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