Estos son algunos de los textos del libro espantapájaros
  
YO NO SE NADA
  

                     Yo   no   se   nada
                     Tu  no  sabes  nada
                     Ud.  no  sabe  nada
                     Ellos no saben nada
                    Ellas no saben nada
                   Uds.  no saben nada
                     Nosotros no sabemos nada
         La desorientación de mi generación tiene su expli-
         cación en la dirección de nuestra educación,  cuya
         idealización de la acción,  era  -­sin discusión!-
                una mistificación, en contradicción
                 con nuestra  propensión a la me-
                  ditación, a la contemplación y
                   a la masturbación. (Gutural,
                      lo más guturalmente que
                       se pueda).   Creo que
                        creo en lo que creo
                         que no creo.Y creo
                          que no creo en lo
                          que creo que creo
                      "Cantar   de   las   ranas"
                    ­Y     ­Y    ¨A ¨A   ­Y      ­Y
                   su     ba    ll¡ ll    su      ba
                  bo     jo    es     es   bo      jo
                 las    las   t ?      t ?  las     las
                es     es   ­A       ­A   es      es
               ca     ca    qu¡           c    ca      ca
              le     le    no              no   le      le
              ras    ras    es              es  ras     ras
             arri   aba     ta               t   arri   aba
            ba!... jo!...   !...              !... ba!... jo!...
OLIVERIO GIRONDO
"Espantapájaros (al alcance de todos)" (1932)
EDITORIAL LOSADA
    

Se miran se presienten se desean

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfantean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acomenten, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resusitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.
OLIVERIO GIRONDO
 "Espantap jaros (al alcance de todos)". (1932).
 (c) Editorial Losada S.A.
 
CAPITULO 1
No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; pero eso sí ¡ y en esto soy irreductible !  no
les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar
¡ pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
 
Esta fue - y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.
 
¿ Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
 
­ María Luisa era una verdadera pluma!
 
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando se preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba las compras, sus quehaceres...
 
¡ Con qué impaciencia esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí¡ lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado ¡
 
" María Luisa! ­ María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
 
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
 
¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ­¡ Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo!
 
Después de conocer una mujer etérea, ¿ puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿ Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca que con una mujer que tenga las
nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
 
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedreste , y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.
 
Oliverio Girondo.
Capítulo 1 de "Espantapájaros (al alcance de todos)" (1932)
Tomado de "Obras de Oliverio Girondo"
Copyright Ed.Lozada.
Buenos Aires, 1991