Esta región ha sufrido cambios por la acción del
hombre. Las hierbas que lo cubrían, formando un mar de pastos,
fueron reemplazadas por cultivos y montes de árboles exógenos, como
paraíso, el álamo, el eucalipto, la acacia, el pino y el
plátano.Antiguamente esta pradera se veía interrumpida
por algún solitario ombú, especie que toda se observa en la región.
Al no haber gran cantidad de herbívoros, los pastos se desarrollaban
luego morían, formando pajonales secos que enriquecían el suelo con
materia orgánica, pero dejaban pobre en nitrógeno.
Estos pastos, generalmente gramíneas, eran azotados en ocasiones por
incendios que arrastraba con los pocos árboles existentes. A orillas de los ríos, especialmente sobre el
Paraná, la vegetación era distinta, con montes de sauces, ceibales,
aromitos, ombúes, laureles, aguaribayes y algarrobos. Su
multiplicación hizo posible que sus excrementos y residuos
enriquecieran el suelo con nitrógeno, siendo reemplazado el pasto
duro paulatinamente por pasto verde y
tierno.
Dentro de la rica flora de esta Zona destacan las
siguientes especies:
En el verano, el calor y las
lluvias irregulares ralean la vegetación. Durante el resto del año
prosperan los cardos, el yuyo colorado, la manzanilla,
la malva, la verbena, el alfilerillo, la cepa caballo, el abrojo, la
cicuta y el cardo. Bordeando el do Paraná, como prolongación de la
selva misionera que en esta zona se encuentra disminuida, crecen
bosques que cubren más de un millón de hectáreas, en los
cuales se pueden distinguir ceibales, laureles, timboes blancos, sauces criollos
, alisos del río y el ombú. |
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