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Actividad pesquera
Pesca em Argetina

 

 

 

Banquina de pescadores en Mar del Plata

 

 

 

Banquina de pescadores en Mar del Plata

 

 

 

Pesca en laguna de Chascomús

 

 

 

Barco de Pesca en Claromecó

 

 

 

Pesca deportiva en San Blas

 

 

 

Pesca del dorado en el Parana

 

 

 

caen Claromecó
 

Es potencialmente una de las de mayor significación comercial; su explotación se efectúa principalmente en el mar Argentino, mientras que la pesca de agua dulce es reducida y realizada sobre todo con fines deportivos. Las capturas pesqueras desembarcadas alcanzaron en 1994 las 938.600 toneladas. Desde 1992, la pesca se convirtió en nuestra principal exportación primaria, desplazando a la carne vacuna, representando más del 5 % de las exportaciones totales del país.

El extenso litoral, la amplia plataforma continental y la acción de las corrientes marinas, posibilitan la existencia de una variada fauna íctica, cuyo rápido desarrollo extractivo se encuentra frenado especialmente por los hábitos alimenticios que provocan un escaso consumo interno de pescado, la falta de comodidades portuarias y de puertos adecuados (parcialmente paliadas con la inauguración en 1982 del puerto de San Antonio Este), y la deficiente organización de la distribución, con carencias de transportes frigoríficos para lugares alejados.

Las zonas pesqueras identificadas en el mar Argentino son: la bonaerense que concentra casi 80 % de la producción total, con predominio de anchoíta, caballa, bonito, corvina, besugo y polaca; la patagónica y la fueguina, donde se obtienen calamares, merluza, castañeta, abadejo o bacalao argentino, sardina fueguina, centolla y cholgas. Dentro de los tipos de pesca, la de altura representa el 82 % del total de la producción, obteniéndose entre otros merluza, abadejo, atún, bonito, lenguado y calamares, siendo buena parte de los mismos destinados al consumo fresco. La pesca costera alcanza el 18 % de la producción, siendo su destino básicamente para elaboración y envasado, destacándose caballa, anchoíta, besugo, corvina, pejerrey, langostinos y camarones.

Entre las especies explotadas, la merluza representa más de la mitad de la pesca total, seguida de la polaca, la anchoíta, la castañeta, la caballa y el bonito y, aunque su pesca no se destaque por el monto de las capturas, los mariscos tienen una gran importancia debido a los mayores precios de comercialización.

Los principales puertos pesqueros son el de Mar del Plata, que concentra el 37 % de la pesca de altura y el 88 % de la costera; le siguen en importancia Ushuaia, Madryn, Deseado, Quequén, Comodoro Rivadavia, Bahía Blanca y San Antonio Oeste, estando su desarrollo relacionado con los grandes centros de consumo. Sobresalen algunos productos de alto valor comercial, que se envían a los mercados particularmente asiáticos, como los pulpitos obtenidos en San Antonio Oeste; los langostinos en Rawson, las centollas y cholgas en Ushuaia y el surumi derivado de la elaboración de una pasta con especies subexplotadas y su posterior transformación en "kani kama" con sabor a centolla, langostino, vieyra, etc., en modernas plantas de Puerto Deseado.

Si bien ya hay manifestaciones en Mar del Plata y Necochea, las algas abundan en las costas de Santa Cruz, Chubut, Tierra del Fuego y Malvinas. Su explotación se realiza principalmente en Chubut (Rawson) y Santa Cruz (Puerto Deseado); comprenden más del 60 % de las exportaciones de productos de la pesca, cuyo principal rubro son los congelados, en especial los filetes, seguidos por calamares, langostinos y surumi, generando un ingreso de más de 726 millones de dólares anuales.

De la captura total que los buques autorizados logran en la Zona Económica Exclusiva (ZEE), más del 75 % es consumido por 40 países, siendo los principales Japón, España, Taiwán, Brasil y Corea del Sur, en especial merluza, calamar y polaca. En 1994 la exportación total de pescado alcanzó los 750 millones de dólares, siendo el principal destino la Unión Europea; dentro de ella, España se constituye en el mayor consumidor (merluza, calamares, langostinos y otros) recibiendo el 16 % del total de las exportaciones argentinas de pescado. La Argentina firmó el 24 de Mayo de 1994 un acuerdo sobre pesca marítima con la Unión Europea, que permitirá la captura, en cinco años, de 120.000 toneladas de merluza argentina y 130.000 toneladas de otras especies, básicamente bacalao criollo y calamares. El acuerdo incluye inversiones en la flota de captura y en investigaciones pesqueras.

Desde 1986, en que aparecieron los buques factoría, la totalidad de la captura se procesa a bordo, luego se realiza el traslado de la mercadería hacia los buques frigoríficos, que se encargan de llevarla a su país, evitando el paso por tierra. Asimismo, la creciente participación de buques con bandera extranjera, dentro de las 200 millas y con autorización argentina, genera que el producto elaborado sea desarrollado directamente en los mercados de destino. Para obtener las 939.000 toneladas de especies marinas, operan en su captura alrededor de 850 barcos de bandera argentina, 400 de ellos son buques factoría, a los que se suman 45 barcos de bandera extranjera autorizados, tras el pago de un canon de 250.000 dólares. Unos 250 buques extranjeros pescan en el límite de la ZEE (milla 201), a veces violando la misma, llevándose productos marinos por un valor superior a los 700 millones de dólares.

El desarrollo de la explotación pesquera se encuentra afectada por la existencia de una zona de conservación pesquera británica (Falkland Interin Conservation Zone, FICZ) de 150 millas alrededor de las islas Malvinas, rodeada de una porción oceánica llamada FOCZ (Falkland Outer Conservation Zone) o zona de prohibición conjunta de pesca que llega hasta las 200 millas hacia el Norte, Este y Sur de las islas, establecida de mutuo acuerdo entre la Argentina y el Reino Unido, aunque desde el 26 de Diciembre de 1993, es sólo el gobierno británico quien autoriza la pesca en ella y no una decisión bilateral.

La pesca de agua dulce por su parte, reconoce dos áreas, la lacustre y la fluvial. La primera se practica en lagos, lagunas y embalses, realizándose la mayor explotación en las lagunas de Buenos Aires como Chascomús, Monte y Flores, por su fácil acceso y cercanía a las zonas más pobladas del país; pescándose casi exclusivamente pejerrey. La zona de los lagos andino patagónicos presenta la pesca más intensa en el lago Pellegrini, en la provincia de Río Negro, obteniéndose percas o truchas criollas, pejerrey y salmones. Además se cuenta con viveros como los de Mar del Plata, San Carlos de Bariloche, Chascomús, Embalse Río Tercero, Rosario y Mendoza, donde se preparan crías para repoblar lagunas y ríos.

La pesca fluvial se practica en los ríos Paraná, Uruguay, de la Plata, Paraguay y otros menores, en los que se obtienen pejerrey, surubí, patí, dorado, boga y especialmente sábalo, cuya explotación se practica desde época colonial, utilizándolo para la obtención de aceite, guano y harina.

 
 
       

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